"En el atlas el río sigue fluyendo. Su fina línea transporta mercancías a un destino que ha dejado de existir. He perdido demasiado tiempo en esta página."
¿De qué trata?Después de los terribles sufrimientos a los que la ha sometido Vaughn, Rhine consigue un aliado inesperado en Reed, hermano de Vaughn e inventor excéntrico. Refugiada en su destartalado hogar, Rhine no consigue olvidar a las personas que ha dejado en el camino. Gabriel, Cecily y Linden siguen en su memoria y en sus sentimientos más profundos. Mientras tanto, Rowan se involucra cada vez más en la resistencia y Rhine debe encontrarlo antes de que haga algo irreparable. Pero lo que descubre en el camino puede tener consecuencias alarmantes tanto para su futuro como para ese pasado que sus padres nunca habían tenido oportunidad de explicarle. Pero debe darse prisa: en el mundo en que vive, tanto su vida como la de los demás tiene una fecha de caducidad muy próxima. En 'Ruptura', la estremecedora conclusión de la Trilogía del Jardín Químico, Rhine verá todas sus certezas destruidas para siempre.
El Jardín Químico 3/3: Efímera // Fiebre // Ruptura
La última reseña del año puede ser un tanto simbólica pues es la que se encarga de despedir la sección temporalmente y deja cierto sentimiento especial en el bloguero que la ha escrito con tanto cariño. Tras pensarlo detenidamente, he decidido despedirme con una increíble trilogía distópica que conocí en 2012 y hoy, por fin, puedo decirle adiós.
Además de destacar la magnífica evolución de los personajes, que conforme avanzan en años acaban sufriendo auténticos altibajos por miedo a morir y se alzan como entidades complejas y repletas de capas, como una desesperada Cecilia, hay que analizar las explicaciones de las investigaciones, los deseos de Rhonan, el verdadero pasado de Vaughn e incluso la explicación al nombre de esta trilogía, El Jardín Químico, que tienen por fin cabida en este último volumen. Un sinfín de información y sorpresas, llegando a un final congruente del que, no obstante, se abre la puerta a la incertidumbre.Y aunque en algunos conceptos no hubiera estado de más dedicarle un par más de capítulos, me han ayudado a acabar de encajar la mente de DeStefano, y he cerrado este ejemplar pensando que puedo despedirme de Rhine porque, pese a no tener un futuro certero, puede seguir sin mí.
-A veces oigo a Cecilia cantar las palabras de ese poema: "Y ni la primavera misma, cuando despierte al alba, se dará cuenta de que nos hemos ido", y creo que refleja cómo es la vida. Creo que es un error intentar alcanzar algo que nunca sucederá. Pienso que fue muy cruel por mi parte tratar de tener hijos. Ahí fuera no hay nada, Rhine. El mundo ya no existe. No queda más que agua llena de cosas muertas. ¿Por qué seguir intentando llenar el espacio vacío?
Me despido de Lauren DeStefano y su Jardín Químico con muy buenas sensaciones y el privilegio de haber disfrutado de una voz única para la desesperanza y la esperanza. Si buscáis una distopía diferente, rebosante de sentimiento y complejidad del ser humano pero con el toque funesto de lo inevitable, del fin, de la muerte, desde luego, tenéis una cita con Rhine.