"Jude es toda luminosidad y es simpática y graciosa y normal, no es revolucionaria, y habla con todo el mundo. Yo hablo conmigo mismo. Y con Jude, claro, pero con ella sobre todo en silencio, porque así es como nos comunicamos."
Libro: Te daría el mundo (
I'll give you the sun, 2014)
Autor: Jandy Nelson
Editorial: Alfaguara / Fanbooks
Género: Drama juvenil, no ficción, romance
Año de publicación: enero 2015
Páginas: 384
Edición: tapa blanda con solapas
Web: Jandy NelsonValoración: 8/10
¿De qué trata?
Noah y Jude son inseparables, dos hermanos absolutamente diferentes que se enfrentan al mundo juntos, complementándose. Con trece años, el solitario Noah dibuja sin parar, es un genio del arte y se ha enamorado en secreto de su carismático vecino. Con trece años, la atrevida Jude se lanza desde altísimos acantilados para experimentar el subidón de adrenalina, lleva pintalabios muy llamativos y habla por los codos. Pero tres años después, Jude y Noah casi no se hablan. Algo ha ocurrido entre ellos que ha roto a los mellizos de formas diferentes y dramáticas… Hasta que un día la vida de Jude cambia cuando conoce a un chico guapo, frágil y arrogante… y a alguien más, una nueva fuerza aún más impredecible, y ligada a su pasado de forma inevitable. ¿Qué esperar de una novela juvenil aparentemente simple, sobre dos hermanos enredados en la ya tan típica familia disfuncional y que se alimentan de la ignorancia y las mentiras? ¿Qué esperar cuando estamos ante dos protagonistas melancólicos y perdidos, cuyo único impulso es seguir sin mirar atrás, pero nunca sin olvidar el pasado?
Te daría el mundo me prometía ser una novela brillante que me dejaría sin palabras, que
me haría llorar y reír al mismo tiempo, con dos personajes únicos llenos de vida y sentimientos... y acertó de lleno.
Te daría el mundo me ha llegado directo al corazón, y es curioso porque no es original ni de lejos: Noah y Jude son dos mellizos que llevan años sin hablarse tras haber sido uña y carne, llevando una mísera existencia mientras conviven en silencio con su padre, y ambos intentan encontrar una salida a un hecho inaceptable ocurrido en el pasado. Hasta aquí, es otra novela juvenil más donde las lágrimas están a la orden del día. Pero Jandy Nelson va más allá y crea algo único e inigualable a partir de sus personajes, totalmente redondos y perfectamente construidos, con una manera de sentir el dolor y el amor que parecen, sinceramente, reales. Llegados a este punto, descubres que
no podrás desprenderte emocionalmente de unos personajes tan absorbente y arrolladores como los de Te daría el mundo, constatas que la historia es lo de menos, que lo que importa es el contenido, los que importan son Noah y Jude. Ellos son los encargados de narrar la novela, y a partir de sus voces, que se entremezclan y se salpican de su propias verdades y opiniones, escarbamos con frenesí entre el drama familiar y los problemas hormonales para dar con la clave de la novela. Y aquí vuelve a hacer aparición la magia de la propia autora, pues aunque es un secreto a voces, hemos convivido de tal manera con los personajes,
nos hemos alimentado tanto de sus sentimientos y sus vidas de papel, que al terminar la novela, somos partícipes de todo este mundo, listo para ser reparado.
La magia de Te daría el mundo reside pues en la narración, en las voces de Noah y Jude. Es un drama familiar como tantos otros, una familia
rota por un hecho indestructible del pasado, pero Nelson nos hace sentirlo como propio gracias a ellos, dos jóvenes que aún se están desarrollando y plasman sin escrúpulos ni filtros todo lo que sienten desde los 13 a los 16, al mismo tiempo que esperan enmendar los errores del pasado. Creo que en mi vida como lectora no encontraré a personajes tan sensibles y desgarradores como estos mellizos, siempre llevando consigo el tormento de un error, pero siempre dejando un hueco para la felicidad. He de destacar nuevamente la manera en que enamoran al lector, la manera en que Nelson sabe combinar dos personalidades con la escritura, dos personalidades que a veces te dejan sorda con la estridencia de sus pensamientos o emociones, pero que también te hacen sollozar porque solo quieren dar carpetazo al bache que viven.
Quedé ante todo enamorada de Noah, siempre con una imaginación repleta de colores, sombras y luces, con mil ideas para cuadros, mientras que Jude fue un poco más desagradable por las circunstancias, más cautelosa, supersticiosa y un tanto cínica. Ambos nos cuentan la historia de sus vidas, alternando pasado y presente, pero siempre dejando un agujero en la información para entender por qué son así. Pero ese proceso, debéis completarlo vosotros. Porque tenéis que leer
Te daría el mundo.Te daría el mundo es brutal, es muy bueno, quizá no roza el ser una obra maestra, pero desde luego es un punto de referencia entre las novelas de no ficción juveniles. Al menos, para mí lo será a partir de ahora.
Noah y Jude son dos personajes tan cercanos y tan vivos, tan llenos de todo lo que nos compone como humanos, que los adoptas cómodamente en tu corazón y los consideras un trozo más de tu propia existencia, como la vida misma.
Con la colaboración de Fanbooks