Como siempre, una ficha técnica:
¿De qué trata?Desde el amargo divorcio de sus padres, Mclean y su padre se han mudado varias veces; han vivido en cuatro ciudades durante los últimos dos años. Alejada de su madre y de su nueva familia, Mclean ha seguido a su padre dejando el infeliz pasado atrás.Y cada nuevo lugar le da la oportunidad de adoptar una nueva personalidad: pasa de ser animadora a una diva del teatro, hasta que, ahora, por primera vez, descubre el deseo de permanecer en un lugar y simplemente ser ella misma. Tal vez Dave, su vecino, le puede ayudar.
Por fin ha llegado mi momento de poder expresar qué me ha hecho sentir Te vas sin decir adiós, y tras leer todas las reseñas aparecidas hasta hoy, confieso que me encuentro en esa minoría que esperaba más de la nueva novela de Sarah Dessen por nuestras tierras. Me explico, pues por su sinopsis parece todo viaje intimista y juvenil en los que asistimos a la evolución del personaje principal, pero incluso tras haber llegado al final y esperar un epílogo del propio epílogo, me he encontrado con que había finalizado una historia amena y entretenida, pero totalmente vacía para mi gusto.
Te vas sin decir adiós ha sido una novela de contrastes y no esperaba encontrarme con tantos impedimentos para poder disfrutar de una historia que me prometía, y la causante de mi malestar ha sido justamente McLean. Esta muchacha se me ha antojado sensata y estúpida a partes iguales, por una parte porque intentaba sobrellevar el divorcio de sus padres, un hecho que siempre marca la adolescencia a cualquiera, pero por otra, su ansia por huir y no dejarse conocer me han sacado de quicio. Mientras avanzaba, la entendía según las situaciones y sus pensamientos, pero no podía soportar cómo trataba a toda la gente que quería ser su amiga e incluso a su propia madre. Creo que incluso la propia Dessen no ha sabido sobrellevarlo, pues en una entrevista comentó serle un personaje complicado, además que no he visto ninguna evolución, solo que el libro en sí ha sido como un gran paréntesis en su vida de nómada. Y al tener una protagonista tan poca atractiva y estar narrado desde su punto de vista, Te vas sin decir adiós pierde bastante. Esperaba un viaje más que íntimo donde McLean buscara su propia personalidad hasta encontrar un sitio para ella mientras batallaba con sus propias hormonas, afrontara el divorcio de sus padres y acabara la historia siendo una joven madura, pero solo me he topado con la misma chica cobarde, con diferente nombre pero misma caradura. En aliciente, los demás personajes estaban definidos sin vida alguna, a excepción de algún que otro, como Dave o Deb, que desde luego hacían que leyera los capítulos más rápido. Y por último, el pseudo-romance, por llamarlo de alguna manera, que aparece en este libro, que no tiene ni forma ni consistencia y me parece metido con calzador.
Tras estos párrafos negativos, sería difícil decir que me ha encantado Te vas sin decir adiós porque no ha sido así, aunque tampoco puedo decir que lo he detestado. Sí que es cierto que ha sido una lectura entretenida y me ha gustado la manera en que Dessen retrataba el mundo de la hostelería, pues como ella dice en una entrevista, es esencial el buscar un lugar al que llamar tuyo, auque sea la colcha raída de un mohoso motel con vistas al mar. Por lo demás, me ha sabido a poco y me ha faltado el alma que he visto en otras obras, especialmente por tener una protagonista bastante plana para mi gusto y unos secundarios que no me han marcado como lectora.
Blogs participantes en el Tour Virtual Sarah Dessen
Como tal, no quiero chafar este tour virtual ni que desbanquéis la novela, porque Te vas sin decir adiós merece una oportunidad para que podáis comprender, o no, a McLean. Como he dicho, es una novela amena y muy interesante por el mundo de la hostelería, pero quizá, si buscáis lago más de profundidad y presencia de madurez en sus personajes, os quedéis con un poco de hambre, como yo.