Tuvimos la oportunidad de ver a Lito Vitale en directo allá por 1992, en la época de mayor esplendor de su Cuarteto. En aquellos momentos no lo sabíamos pero a la formación le quedaba muy poco de vida aunque en aquella gira se coqueteaba con la posibilidad de ampliar el grupo a quinteto con la incorporación de un guitarrista que en aquellos conciertos se unía a la banda en algunos temas.
En aquel momento acababa de aparecer “La Excusa”, último disco del Lito Vitale Cuarteto como tal, aunque más tarde se incorporó “La Cruz del Sur” a la lista del mismo (cuando originalmente se buscó otro nombre para la formación que lo interpretaba. La idea del quinteto no fue olvidada por Vitale quien, tras algunos trabajos en solitario o a dúo con el cantautor Juan Carlos Baglietto, grabaría en 1994 un trabajo extraordinario para esa configuración de músicos que no se denominó, sin embargo, “Lito Vitale Quinteto” sino “Lito Vitale y los Argentinos”. Había una baja notable con respecto a “La Cruz del Sur”: el bajista Marcelo Torres (que se había incorporado a la banda de Luis Alberto Spinetta). Repetían en cambio Manuel Miranda a los vientos y el batería Marcelo Novati. El quinto miembro sería el guitarrista Ernesto Snajer.
A primera vista, la incorporación de un guitarrista parecía cambiar mucho el panorama del sonido de Vitale pero lo cierto es que no fue así y Los Argentinos mantuvieron todas las características del antiguo cuarteto. Ayudó mucho, claro está, que Vitale tuviera preparada una selección de piezas a la altura de los mejores momentos de su anterior banda.
“Tango Obertura” - El comienzo perece un homenaje a a Tchaikovski, compositor admirado por Vitale, quien, tras los acordes iniciales se embarca en una improvisación de piano que comienza con aire de jazz para “aflamencarse” ligeramente algo después. Más tarde nos sumergimos ya en los sabores del tango del título con un fragmento que habría firmado el mismísimo Piazzolla y con el que concluye la introducción.
“La Ribera del Sol” - Casi sin solución de continuidad nos recibe el sonido de un acordeón como presentación de otro de esos temas con el “sello” de Lito por los cuatro costados. La incorporación de la guitarra acerca el sonido al de Pat Metheny, autor con el que, evidentemente, Vitale tiene una gran deuda estilística. El solo de saxo que suena a continuación acerca la pieza al jazz pero Miranda la rescata poco después con sus flautas aportando el ingrediente tradicional que tanto peso tiene en la música de Vitale.
“Cuentos de la Media Luna” - Es reiterativo hablar tanto de Metheny pero es que los primeros instantes de esta pieza parecen extraídos de un disco del guitarrista norteamericano. Sin embargo, todo lo que suena después es una demostración del extraordinario talento de Vitale como compositor. La melodía que se extiende durante los siguientes minutos es magistral como podían serlo las mejores de los discos clásicos del Cuarteto. Empezamos, además, a escuchar a Javier Malosetti al bajo despejando las dudas que siempre suscita quien reemplaza a un músico de la talla de Marcelo Torres en un grupo.
“Desde la Montaña” - Llega el turno para un tema extraño dentro de la discografía del músico, especialmente en sus primeros minutos, en los que asistimos a una verdadera exhibición por parte de Manuel Miranda a los vientos. Es, por otra parte, la única pieza del disco cuyo autoría es compartida por Vitale, precisamente con el único superviviente de todas las etapas del cuarteto original. La pieza tiene un fuerte componente tradicional con Snajer interpretando el charango o el propio Miranda interpretando quenas y sikus pero también un peso importante del jazz y aquí destaca sobremanera la sección rítmica. Una de las piezas más interesantes, sin duda, de todo el trabajo. Que se adentra a continuación en una suite de tres movimientos.
LA SEMANA EN MADRID
“Gente Nueva – En los años previos a la publicación del disco, Vitale alcanzó gran popularidad en España, país por el que giró en varias ocasiones. De ahí la inclusión, a modo de agradecimiento de esta sensacional “suite”. El primer movimiento nos muestra que en sus viajes el músico se empapó bien de músicas como el flamenco brindándonos una pieza magistral que podría firmar perfectamente cualquier músico autóctono como Dorantes o Jorge Pardo. La partitura de flauta es deliciosa; posiblemente de lo mejor de todo el disco.
“Viaje Interior” - El movimiento más corto de la suite es también el más intimista ya que es un dueto de piano y guitarra en su mayor parte al que se suma la flauta en una lánguida intervención final que nos acerca al final del segmento.
“De Regreso, Urgente” - Sigue siendo la flauta la gran protagonista aunque ahora como introductora de otra pieza magnífica y llena de inspiración. Todo el disco tiene una nitidez extrema, una separación perfecta de cada instrumento y cada sonido que en ningún momento interfieren con otro y en eso tiene mucho que ver el hecho de que Vitale opte la mayor parte de las veces por el piano, dejando los sintetizadores para sus clásicos sonidos de flauta en momentos puntuales. El flamenco aparece de nuevo en los minutos finales para cerrar una suite fantástica de la mejor manera posible.
“Bajos Latidos” - El tramo final del disco está marcado por piezas de mayor extensión que el resto en las que Vitale encuentra el tiempo necesario para desarrollar su música sin limitaciones de ningún tipo. La primera muestra es este tema de aire funk en el que sonidos clásicos de órgano, bajo y batería, y ritmos sincopados nos trasladan a cualquier night-club norteamericano, sabor que se intensifica con el extraordinario solo de bajo que tiene lugar en el ecuador de la pieza. Toma el relevo la guitarra con la ayuda de los metales procedentes de los teclados de Vitale hasta llegar a la parte final, más reposada.
“Los Cambios Necesarios (fragmento)” - Enlazada con la pieza anterior encontramos esta brevísima versión de un clásico de Lito Vitale que aparecía en el disco “La Cruz del Sur”. Se trata de una revisión en la que la guitarra eléctrica es protagonista absoluta durante dos minutos escasos de frenesí musical.
“El Milagro” - El jazz más clásico tiene su momento en esta larga composición en la que piano, contrabajo y batería (una de las formaciones imprescindibles del género) se encuentran para improvisar juntos. No olvidemos que una de las grandes cualidades como músico de Vitale es, precisamente, su extraordinaria capacidad como improvisador, algo que cualquier amante del género encontrará en esta composición que, quizá, suene algo fuera de contexto en este disco pero que no por ello deja de ser excelente.
“Camino de Reencuentros” - El saxo de Miranda suena como no lo hacía desde “Ese Amigo del Alma” y, en general, toda la pieza da la impresión de proceder de aquella época de su autor aunque no hay referencias al respecto en el libreto del CD. Es, en todo caso, una pieza muy reposada, con menos energía que el resto del disco y que suena como si se tratase de un tema de relleno que no era del todo necesario puesto que éste alcanza la hora de duración.
Al igual que todas las formaciones que Vitale probó en aquellos años, tampoco Los Argentinos grabaron ningún trabajo más al margen de éste. No obstante, para los seguidores del teclista, este disco tuvo la virtud de rescatar lo mejor de los años del Cuarteto que parecían cosa del pasado. Sólo por eso, merece la pena darle una oportunidad a este trabajo que desde aquí, recomendamos a cualquier lector cerrando, por ahora, una serie de varias entradas en las que Vitale ha sido protagonista en las últimas semanas aunque seguro que no tardará mucho en volver por aquí.