Littotocó en Madrid, el 9 de octubre, en un lugar para 25 personas llamado “La Cueva del Bolero”, cerca de Plaza Cibeles. Tocó sólo con su guitarra electroacústica y un teclado durante 2 horas, con un entusiasmo digno de un grande. Parecíael living de una casa. Fue impresionante. La vigencia de un tipo con una coherencia, difícilmente igualable. Sigue de gira por toda Europa y en Londres toca nada más y nada menos que en el mítico "Ronnie ScottJazz Club", él que empezó en el baño de "La Perla" del Once, donde con Tanguito compusieron "La Balsa". Escuchen la letra de "Viento dile a la lluvia" que la escribió con sólo 16 años.Cacho tocó en Buenos Aires en el Gran Rex, el 24 de octubre. Un repertorio tanguero, Cacho quiere ir de la música popular al tango. "Balada para un loco" la canta al estilo del Polaco. Dijo antes de cantarla, algo así como "después de esto, todo fue distinto". Qué decir de su porteñazo "Café La Humedad". "No me pregunten hace cuánto que la espero/ un café que ya está frío y hace varios ceniceros".Cuando promediaba el recital, subió al escenario Adriana, “la Gata”, Varela. En dúo cantaron “Garganta con arena”, el tango que Cacho le dedicó a su maestro, el Polaco. Aunque algunos digan que es un poco hortera (grasa en argentino), para mí es un Maestro.Cacho es en algún sentido parecido a otro grande, del que ya hablamos, Sandro. Sí, Sandro de América.
Café La Humedad -Letra: Cacho Castaña
Humedad...
Llovizna y frío...
Mi aliento empaña
el vidrio azul del viejo bar.
No me pregunten si hace mucho que la espero:
un café que ya está frío y hace varios ceniceros.
Aunque sé que nunca llega
siempre que llueve voy corriendo hasta el café,
y sólo cuento con la compañía de un gato
que al cordón de mi zapato lo destroza con placer.
Café La Humedad, billar y reunión...
Sábado con trampas... ¡Qué linda función!
Yo solamente necesito agradecerte
la enseñanza de tus noches
que me alejan de la muerte.
Café La Humedad, billar y reunión...
Dominó con trampas. ¡Qué linda función!
Yo simplemente te agradezco las poesías
que la escuela de tus noches
le enseñaron a mis días.
Soledad de soltería... Son treinta
abriles ya cansados de soñar.
Por eso vuelvo hasta la esquina del boliche
a buscar la barra eterna de Gaona y Boyacá.
¡Ya son pocos los que quedan!
Vamos, muchachos, esta noche a recordar
una por una las hazañas de otros tiempos
y el recuerdo del boliche que llamamos La Humedad.
Blog del autor del libro de cuentos "Historias fugaces de hombres y mujeres".