Título Original: Livide
Año: 2011
Duración: 88 min.
País: Francia
Director: Alexandre Bustillo y Julien Maury
Guión: Alexandre Bustillo y Julien Maury
Música: Raphael Gesqua
Fotografía: Laurent Barès
Reparto: Chloé Coulloud, Béatrice Dalle, Jéremy Kapone, Catherine Jacob, Félix Moati, Marie-Claude Pietragalla, Loïc Berthezene, Chloé Marcq, Serge Cabon
La donna è mobile, qual piuma al vento... Levitar. Sales al jardín, la noche es negra, sin nubes. En medio una mujer joven vestida de blanco. Está suspendida en el aire en posición horizontal. Un aura blanquecina le rodea. De repente gira la cabeza, su cara está lívida y llena de cicatrices y sus ojos están cerrados, cosidos burdamente con grapas. Te sonríe enseñando los sucios dientes. Lentamente se incorpora y baja hasta el césped. Está de pie frente a ti. La niebla cae. Flotando se va acercando, poco a poco, hasta situarse a escasos centímetros de tu cara. Su aliento fétido penetra en tus fosas nasales. No dices ni una palabra. Pero no tienes miedo. Quieres abrazarla, besarla, ver de que color son sus ojos, aunque intuyes que son verdes, acariciarle el largo y liso cabello, oler su piel. No te atreves. Delante de ella eres feliz. Ella te coge las manos, las tiene frías, pero es una sensación agradable. No notas nada, son instantes mágicos. Por fin sabes lo que es levitar, sabes que estás flotando pero no miras hacia abajo por miedo a que todo sea un sueño.
Lucy, que tiene un ojo de cada color, acepta un trabajo de cuidadora de ancianos a domicilio. Primero tiene que aprender y acompaña a una señora, la cual efectúa con ella una ronda de visitas. Tras comprobar que va a necesitar algo de estómago, conoce a la señora Jessel de unos 100 años de edad, que aparentemente vive sola y que había sido una exigente y brillante profesora de ballet. Al acabar la jornada, nuestra joven protagonista se encuentra con su novio y le explica como ha ido el día. William abre los ojos como platos al oír que esa anciana esconde un tesoro en su mansión. Junto a su amigo Ben, los tres deciden hacer una visita nocturna a la señora Jessel. Quizás no sea todo tan fácil como piensan. ¿Cómo hemos dicho que tenía los ojos Lucy?
Increíble película de Alexandre Bustillo y Julien Maury, dirigida con maestría y que nos mantiene en tensión de principio a fin. Es muy entretenida y la historia se desarrolla casi sin darnos cuenta. Acierta plenamente en las escenas más escabrosas, aunque notamos a faltar, debido al tipo de cinta, algo más de acción. A mi entender cabalga entre la poesía visual y el terror clásico. Los decorados son impresionantes (la mansión es enorme), y todo es coherente, por un lado la decrepitud de la anciana señora y por otro lado el estado en que se encuentra la casa. A propósito de esto me gustaría comentar cierta similitud entre el “laboratorio” de la señora Jessel, con el piso del maestro de ceremonias utilizado en una famosa película de zombies española. ¿Rec-ordaís cuál?
Fue una agradable sorpresa su visionado. El cine francés, o mejor dicho cine en lengua francesa, ha demostrado últimamente su maestría en el género de terror, creando en mi opinión, un estilo propio, y una palabra que lo define: calidad. Imprescindible su visionado para degustar de un cine europeo, alejado de las grandes producciones y grandes presupuestos y que derrocha, me repito, calidad, honestidad y savoir faire.
Firma: Josep M. Luzán.