Lizzie Velázquez fue una mujer estadounidense de la ciudad de Texas.
Un día descubre un vídeo que se titula “La mujer más fea del mundo”, y para su mayor asombro, descubre que era ella la protagonista. Con 4 millones de visitas y con comentarios desagradables, sus ojos y oídos se llenaron de sufrimiento.
Tuvo una vida rota y llena de acoso que lo padeció en silencio.
Lizzie nació en 1989 y los médicos no le auguraban nada bueno, desconociendo si pudiera hablar o caminar.
Padecía de dos enfermedades: el Síndrome de Marfan que es una afección de los tejidos y aumento de longitud de los miembros. Y Lipodistrofia, distribución anormal de la grasa corporal.
Tras varias operaciones e incontables entradas y salidas del hospital, actualmente pesa 29 kilos, come pequeñas dosis cada 15 minutos, solo ve a través de un ojo y la textura de su piel es de aspecto envejecido.
Los grandes héroes de su vida fueron sus padres, que le inculcaron lo más buenos valores de la vida. Cuando llegaba a casa y contaba como sufría de “bullying, sus padres siempre la consolaba e insistían de que decía de seguir con su vida, con la cabeza alta y siempre con una sonrisa.”
Un día, Lizzie tomó una maravillosa decisión. Abrió un canal de YouTube en el cual habla y describe cómo es ella. Cada día, recibe mensajes de gente que sufre bullying y les ayuda con sus consejos y vivencias.
Su misión es no ser alguien más y lo consiguió, ya que su vida pasará por la gran pantalla dirigido por Sara Hirsch Bordo.
Esta heroína trabaja siendo oradora motivacional y ha publicado dos libros, uno de ellos con los testimonios de su madre.
Su lema “La apariencia no debe definirte y debes valorarte por lo que eres.”