Publicado por Ezequiel L
“En radical desacuerdo” se declaraba el Ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, ante el plan propuesto por la Comisión por la Unión Europea sobre la acogida de miles de inmigrantes en busca de asilo que están llegando cada día a las fronteras de la Unión Europea. ¿El argumento? El de siempre, la acogida de inmigrantes provocará el temido y famoso efecto llamada.
Inmigrantes en estación de Macedonia.
GEORGI LICOVSKI (EFE)
Elaborada analogía, como puede comprobarse, de algo tan escandaloso como que una persona en riesgo de desaparecer como ser humano y aparecer en una lista bajo una chincheta decida jugar todas sus posibilidades a una sóla carta, opción considerada caprichosa por muchos políticos, y cruzar una frontera, una línea imaginaria donde rasgarse las vestiduras, la dignidad y la piel.
Bueno, este concepto de efecto llamada, tan contemporáneo como puede parecer, es la eufemística definición de la inmigración, legao o ilegal. ¿O es que los españoles en los 60’s no se iban para coger el telefóno y decir NO a la resignación de un país que poco les prometía (tal vez aquel comportamiento trajo oxígeno a España quién sabe), a los que huyeron en el 39 para salvar la vida, las ideas o la memoria (hoy histórica y tabú)?
La generación de estas corrientes migratorias, ya sean humanas o animales son puramente naturales, ¿o es que no es natural huir de algo considerado peligro, explícito o disfrazado?¿No se genera viento entre zonas a diferentes presiones? ¿No busca el río la menor altura, la estabilidad? Por supuesto que esto genera valles y que siempre habrá alguien que intente aprovechar la energía del río. Las mafias aprovechan la desesperación como lobos que atacan en el seno de la confusión lla manada asustada huyendo del depredador. Los ahorros de toda una vida por cruzar unos cientos de kilómetros por las rutas de Albania, Macedonia y Serbia, que separan Grecia y Hungría, zonas de la Unión separadas por los Balcanes, otra frontera natural fruto de la diplomacia. Es el río para los ñúes en migración.
España se ha comprometido a recibir poco más de 1000 inmigrantes de los 20000 llegados a Grecia e Italia, y a su vez sobre los 35000 considerados por la Comisión Europea, aumentando día a día. Hungría ha sido el único que no ha ofrecido plazas para acoger refugiados, ya que está lidiando con grandísimas oleadas cada día (la inmigración ha aumentado un 155% en un año), a las que hay que sumar los kosovares que huyen por las condiciones económicas del país).
La falta de visión del problema y de la solución, y la falta de acuerdo en algo tan fundamental pone en tela de juicio y en evidencia los defectos de este espíritu europeo que era tierra prometida.
Inmigrantes en estación de Macedonia.
GEORGI LICOVSKI (EFE)
En favor del Ministro tenemos que admitir lo acertado de otra analogía, estamos repartiendo el agua que entra en una casa debido a las goteras en lugar de taponar. Lo único que me preocupa es qué significa taponar en este contexto, ya que taponar y curar no es siempre equivalente. Está claro, utópicamente por desgracia, que sin desigualdad no hay corrientes, pero podemos hacer mucho en el terreno de lo posible. Este tipo de problemas de humanidad tan primaria, pone en evidencia la diferencia entre políticas, polariza las opiniones de cada país en dos. Un ejemplo claro es el de Grecia, con su recién creada cartera de Inmigración, el pacto Syriza-Griegos Independientes, fuerte ante las embestidas de la Troika, se tambalea en estos terrenos pantanosos. El eje Izquierda-Derecha, cada vez más anticuado, se vislumbra en ciertas situaciones como el láser frente al humo.
¿Las principales nacionalidades de los inmigrantes? sirios, eritreos, iraquíes,… Sabemos quien es el depredador. El aparentemente imparable Estado Islámico, ahora a las puertas de Turquía, no veo caras de impotencia en los Gobiernos, sino caras de póker.
Mientras tanto seguimos sin noticias al respecto del interventor oficial de conflictos, el reconstructor Estados Unidos ni de Israel, tan cerca y tan lejos del conflicto y de la amenaza, tal vez de Éxodos no tienen memoria, tal vez no en plural, puede que todos los éxodos no sean iguales, o al menos sus protagonistas.
Mientras tanto vemos imágenes que parece sacadas de la Lista de Schindler y miles de personas que sólo ven la llamada perdida. Lo de la inclusión es otro capítulo…
Escena de la Lista de Schindler