Me encanta pensar que sigo siendo un inocente, que en muchos aspectos conservo la mirada cristalina de la niñez, que cada nuevo día me puede deparar una gran y nueva sorpresa. Me encanta la inocencia como motor de la ilusión, aún es posible cambiar las cosas, somos capaces de dirigir nuestras vidas, aún queda por luchar. Y, sobre todo, me encanta esa inocencia que te dice que el nuevo año transformará en realidad todos nuestros anhelos, que eliminará todo lo negativo que pulula en nuestras vidas, que es posible recorrer el camino escogiendo la dirección, la velocidad. Sí, puedes felicitarme abiertamente, que no me lo tomaré a mal, todo lo contrario.
Me encanta pensar que sigo siendo un inocente, que en muchos aspectos conservo la mirada cristalina de la niñez, que cada nuevo día me puede deparar una gran y nueva sorpresa. Me encanta la inocencia como motor de la ilusión, aún es posible cambiar las cosas, somos capaces de dirigir nuestras vidas, aún queda por luchar. Y, sobre todo, me encanta esa inocencia que te dice que el nuevo año transformará en realidad todos nuestros anhelos, que eliminará todo lo negativo que pulula en nuestras vidas, que es posible recorrer el camino escogiendo la dirección, la velocidad. Sí, puedes felicitarme abiertamente, que no me lo tomaré a mal, todo lo contrario.