Desde su fulgurante ascenso partiendo como un versátil locutor de radioseriales a actor poliédrico encasillado en el humor. En su plano más íntimo, se destrozaba con ansiolíticos, coca y popper.
Era enamoradizo, infiel (uno de sus mayores pasatiempos), maltrataba a sus mujeres y sus relaciones con sus hijos fueron más bien frías. Así fue (según este de biopic) Peter Sellers.
No penséis que todo el metraje es carnaza de prensa amarillista. En la película, Peter (interpretado correctamente por Geoffrey Rush) se desdobla en las personas que le rodean (desde su manipuladora madre a Kubrick) y en esos momentos de metacinematografía, todos reflexionan sobre su particular cáracter que era un compendio de todos los personajes que interpretaba y no el de una persona que viviese en el mundo real.
El tira y afloja con Blake Edwards (John Lithgow si que lo parte), su búsqueda de perfección interpretativa y su declive, algunas de sus manías más destacadas (como grabar a todo lo que se movía, sus regulares visitas a un vidente de pacotilla o sus polémicos sistemas de interpretación) son plasmadas con gran originilidad y contiene más de una escena a tener en consideración (spoilerazo: en su primer infarto, se reune en una especie de cielo con todos sus yo, que son todos sus personajes destacados o en otra divertida escena se muestra la "habilidad" para desquiciar a Kubrick durante las grabaciones).
Destacar el desarrollo de la película (vemos grandes instantes de los rodajes de varias de sus mejores películas) y para colofón, Bienvenido Mr Chance (mi favorita y creo que la de muchos petersellersianos) que se funde con el final de su carrera y de su vida de forma magistral.
Con gran cantidad de detalles (la fotografía colorista de la época, unos cuidados créditos iniciales) debo mencionar la banda sonora (llena de setenteces que siempre están presentes) y añadir que la historia está muy bien llevada, con un tono agridulce que no cae ni en la absoluta tragedia ni la comedia más estrambótica. El único defectillo es la caracterización, que en algunas escenas el látex se percibe demasiado (menudas sesiones maratonianas se calzó el bueno de Rush) pero por lo demás, el resultado es más que aceptable (a excepción de la horrenda actriz que hace de Sofia Loren, puaghhh) y sólo se echan en falta algunas de sus frases lapidarias... pero no es fácil resumir la vida del inspector Closeau.
Mi nota es de seis misteriosos wasabis. Eso sí, Llámame Peter sólo puede ser apreciada por fieles seguidores de Sellers.