Qué puede decirse. Mucho se ha escrito y hablado,
siempre metiendo la pata y con el objetivo de hacer sangre. Nadie puede ponerse
en mi situación. Nadie por tanto puede depositar en un papel, volcar en un
micrófono de la radio, cómo me sentí o los motivos que me impulsaron a actuar.
Ni siquiera el entrenador. Ya falla la memoria, así que disculpen el baile
posible de fechas y acontecimientos que llevan al día de autos.
Leer Llanto de un central cualquiera