Como es bien sabido, Venezuela es (desgraciadamente) el único país de CONMEBOL que no ha clasificado nunca a un mundial de fútbol en la categoría mayor. Eliminatoria tras eliminatoria se vive de la ilusión de poder asistir al magno evento pero jamás se ha conseguido por muy cerca que se haya quedado.
A pesar de que en la última década, el crecimiento escalonado del balompié venezolano ha favorecido, en buena parte, existe un mal del que no nos hemos librado, tal y como lo es: vestirse de otro país. Sonaría ilógico para un italiano colocarse una camiseta vinotinto así como tampoco tendría sentido para un francés, vestirse con los colores de Venezuela. Si esto es así, ¿Por qué el venezolano se viste de otros colores?
Para responder esta pregunta tengo que irme a ciertos aspectos que son característicos en muchísimos venezolanos: El primero de ellos lo encontramos en aquellos que dicen ser vinotinto y, cuando no se clasificó al mundial, expresaron su verdadero sentimiento hacia la selección, uno de reproche y desprecio, estos son los mismos que ahora visten de Italia, España, Portugal y pare de contar.
En segundo lugar tenemos a rasgos culturales propios del venezolano en donde lo de afuera es “mejor” y lo de aquí “no es tan bueno”, por tal motivo, simpatizar con el equipo en donde juega Piqué, Messi o Cristiano es mejor que ser de la escuadra de Vizcarrondo, Tomás Rincón y Salomón Rondón. Eso sí, si alguno de estos últimos anotan más de 3 goles en un partido ya estamos hablando de “talento venezolano”
Por último, están aquellos que aprovechan el tema de moda para saber de fútbol y por supuesto, a la nación que está más fuerte es aquella a la que le van y no escatiman esfuerzo en publicar en sus distintos medios sociales cosas como: ¡Qué viva España! y ¡Forza Azzurri!
Evidentemente, cada quien tiene sus gustos y preferencias, pero a mi en partícular no deja de causarme impresión como en nuestro país no existe sentido de propiedad y aún más como los medios de comunicación, sobre todo los programas televisivos, acentúan cada día más esa gran falla, presentando sus especiales para Brasil 2014 luciendo las camisetas originales de otros países. ¿Es que acaso hay que olvidar a la vinotinto?
Es injusto para la selección y para un país tan necesitado como Venezuela que en momentos en donde hay que trabajar y seguir preparándose, todos les demos la espalda para apoyar a otro país en el que ni siquiera vivimos. Entendamos, de una vez por todas, que nada nos va a causar mayor gracia y emoción cómo ver triunfar a nuestro propio país, a personas que hablan como nosotros y verdaderamente nos representan. Disfrutemos del fútbol, pero no caigamos en el error de querer pertenecer a otro lugar.
“Si se cree y se trabaja, se puede”. Cholo Simeone