Sigue…
Pero llega un día en que uno aprende que en la Vida y en la Naturaleza, todo pasa, todo tiene su inicio y su fin, nada permanece! Y ese día descubres que en tu interior está todo aquello que necesitas, que está siempre, que te llena y que deseas compartir con amor! Y ese día abres el corazón a lo que llega, a lo que te regala la vida… y aparece el amor con quien deseas compartirlo ya para siempre! Y aprendes a florecer cada día, pase lo que pase fuera! Y te sientes en Primavera… a pesar del caduco y aparentemente descolorido otoño o el mortecino y gélido invierno! Y descubres maravillado que la calidez, el color y la luz primaveral los llevas dentro… solo necesitaban que abrieras el corazón para amar y compartirlos, pues son tu verdadera esencia, desprovista de accesorios!
Y amas intensamente y lo compartes con quien amas… y logras vivir esa Primavera de todo tu Ser, que ha tenido que pasar por todos y cada uno de los duros, cansinos y largos otoños e inviernos de tu historia! Y encuentras el sentido propio al recogimiento, a la melancolía, a esa infinitas horas contigomismo, necesarias para saber lo que quieres y desechar lo que ya te sobra. Y cuidas lo que permanece porque es solo tuyo y eterno, pero lo ofreces a corazón abierto sin esperar nada a cambio, ya sin miedo! El miedo lo dejas fuera, como el frío, la lluvia y la niebla otoñal, tras los cristales de ese hogar cálido que siempre habías soñado crear! Y es entonces cuando aprendes que el otoño puede ser también un pausado y lánguido tiempo para compartir con quien amas -aunque a veces sea a distancia-, regalándonos mutuamente confidencias y caricias, sembrando instantes de complicidad e intimidad… acurrucados muy juntos ante la paciente y acogedora chimenea, escuchando una lánguida melodía de jazz que apacigua el Alma, bajo el ténue reflejo de la chimenea!
Y es que en otoño o en invierno, en primavera o en verano, siempre es Primavera cuando el Alma está enamorada! Y lo está cuando pierdes el temor a florecer juntos y la compartes con quien amas! Y es entonces cuando inicias tu eterna Primavera, cuando a pesar del color, el aroma y la apariencia solo externa y pasajera, descubres que cualquier bosque con lago, playa dorada o desierto desnudo se convierten en mágicos gracias al amor que llevas dentro y que ansias compartir por y con amor, también por fuera, pero ya en una vida ya plena e iluminada!