Porque expresar mediante imágenes en movimiento, además de haber sido un sueño o una utopía, era prácticamente impensable para muchas de las sociedades que han dejado su rastro en la Tierra por otros medios. Pero el cine llegó, y lo hizo en Europa.
Conforme se daban los últimos pasos hacia el siglo XX, también se iban creando inventos que hacían cada vez más real la posibilidad de captar la imagen en movimiento, de la mano del inventor norteamericano Thomas Alva Edison. Él crearía kinetoscopio, que ya permitía ver imágenes en movimiento, si bien de manera individual y sin la capacidad de ser plasmadas en una pantalla grande.
Sólo cuatro años después de la aparición pública del invento de Edison, se conseguiría por fin proyectar la continuidad en la imagen de manera que pudiera ser disfrutada por el gran público. Los responsables de ello fueron los hermanos Lumiére, que en 1895 crearon el cinematógrafo, que si bien aún no era capaz de captar el sonido, permitía grabar y proyectar películas,convirtiéndose así en el primer paso de una revolución artística y cultural inmensa; prueba de ello fue la reacción de los asistentes a la primera de sus proyecciones.
Los hermanos Lumiére reunieron a una treintena de personas en el Salón Indio del Grand Café el 28 de diciembre de ese mismo año en la primera sesión pública del cinematógrafo, tras su muestra meses atrás en la Sociedad de Fomento de la Industria Nacional. El escepticismo de los asistentes acabó cuando se apagaron las luces y pudieron ver “Llegada del tren a la estación de La Ciotat”, que mostraba cómo un cercanías arribaba en una estación y dejaba a sus pasajeros. El estupor del público no pudo ser mayor, puesto que salieron despavoridos de la sala, con la total convicción de que ese tren que venía hacia ellos escaparía de la pantalla para atropellarlos.
La película de un minuto de duración, formaba parte de un conjunto de diez grabaciones que se proyectaron aquel día. “Derribo de Un Muro”, “La Salida de los Obreros de la Fábrica Lumière” y otras filmaciones de tipo costumbrista pasaron ante los ojos de estupefactos espectadores entre los que se encontraba George Mélies, y que hablarían con profusión del nuevo invento, haciéndolo cada vez más y más popular.
Un año después, Louis Lumiére mostraría una nueva obra, “El Regador Regado ”, y que se puede considerar la primera grabación de ficción de la historia del cine, mediante la narración de una pequeña historia cómica.
Resulta de todo punto complicado valorar cualquiera de las obras de los Lumiére, más conociendo el desarrollo que ha alcanzado en la actualidad. Y es en esa evolución donde reside la verdadera importancia de “Llegada del tren a la estación de La Ciotat” y el resto de obras: todas ellas estaban suponiendo el inicio de un arte, concretamente del séptimo.
Llegada del tren a la estación de La Ciotat (L’arrivée d’un train à La Ciotat)
Francia, 1895
Louis Lumière, Auguste Lumière
Lumière
Dafne Calvo
Por afecto o por defecto, pero me encanta el periodismo. Sueño con un mundo dibujado sobre viñetas, donde esté prohibido comer palomitas en el cine.
Blog - Más publicaciones