Estas mariposas no entran en hibernación, por lo que pasan el invierno volando y alimentándose en zonas cálidas. Estas zonas pueden comprender desde el sur de la Península Ibérica, donde se observan unas pocas en invierno, hasta el Golfo de Guinea, al sur del Sahara, pero donde se concentra la mayoría es en el norte de África. Allí se reproducen y al llegar la primavera emprenden el asalto del continente europeo.
Buena parte de estas mariposas llegadas al oeste de Europa se volverá a reproducir y en un nuevo salto llegarán aún más al norte, hasta las proximidades del Círculo Polar. En total, un ciclo migratorio que abarca varios miles de km, protagonizado por varias generaciones de mariposas, quizá hasta seis, como se puede ver en esta animación
De momento las carderas que han llegado están recuperando fuerzas. Se las puede ver libando frecuentemente, con especial predilección por la vulneraria Anthyllis vulneraria, como se ve en las fotos de arriba, o chupando sales de las piedras del suelo, comportamiento frecuente en muchos lepidópteros.
Es muy poco probable que se repita lo del año 2009, cuando se vieron miles y miles de estas mariposas migrando hacia el norte tras una excepcional temporada de cría en el Atlas marroquí.