Llegan los refugiados

Publicado el 20 mayo 2015 por Cronicasbarbaras

Esta ola de decenas de millares desesperados que tratan de huir hacia Europa del DAESH, el nuevo Califato islamista sádicamente asesino, puede llegar en poco tiempo a contarse por millones. 

Todo comenzó en 1979 con la caída del Shah de Persia facilitada por Jimmy Carter y Valéry Giscard d'Estaing, que apoyaron al ayatolá Jomeini, creador de una reaccionaria y brutal teocracia que despertó el fanatismo en casi todo el mundo musulmán. 

Han pasado 36 años y el Cercano Oriente va a peor. La democratización impuesta, como en Irak, ha fracasado. 

El islamismo multiplica sus ataques y de él huyen las minorías no musulmanas, como las cristianas, pero también musulmanes moderados entre los cuales se infiltra el peligro: practicando el engaño (taqiyya) llegan terroristas del propio DAESH. 

El Gobierno español, como el francés, ha rechazado recibir un diez por ciento de los refugiados e inmigrantes que esperan arribar a Europa desde Libia. Con un paro del 24 por ciento, España dice que no son socialmente absorbibles. 

En España no se quiere hablar de algo muy visible: en la puerta de todo supermercado o zona concurrida ya hay refugiados o inmigrantes precursores vendiendo una “Farola” invendida de hace meses para ocultar dignamente que mendigan. 

Aparte de alimentos cotidianos o donde vivir ahora, más adelante necesitarán asistencia médica, quizás curarse de hepatitis C, cuyo tratamiento individual cuesta 60.000 euros; incluso pensiones sin haberlas nutrido. 

Por lo que los ciudadanos europeos, incluidos los españoles, deberán renunciar por solidaridad y humanismo, y quizás a corto plazo, a la llamada sociedad del bienestar. 

Además, y ya antes de la llegada de las futuras grandes oleadas, un estudio anuncia que en 2024 en España se habrá agotado la hucha de las pensiones.

Simplemente sepámoslo; son hechos, no opiniones.

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