Tocó ahora ojear al ajedrez canario. Muchos dirían grancanario, que es cierto, pero yo prefiero ampliar el término a "canario".
El juez Ricardo Moyano se ha encargado de plasmar, de momento en dos bonitos libros, porque creo que la idea será continuar, mínimo con un tercero, la "edad de oro" de nuestro ajedrez.El primer libro corresponde al periodo que data desde 1954 hasta 1965.Con lo que me quedo, de momento, es con cinco bonitos prólogos de grandes figuras legendarias del ajedrez en las islas:1) Pierre Joly Dumesnil.2) Juan Marrero Portugués.3) Juan Rafael Betancort Curbelo.4) Andrés Armas Suárez (Menroco).
Este cronista recuerda muy bien la primera vez que visitó el Club de Ajedrez de la Caja de Canarias, porque pudo salir de allí con un buen lote de revistas de ajedrez editadas por aquella Entidad y de las que la colaboración en las mismas del gran maestro danés Bent Larsen
era una auténtica delicia para todos los grandes aficionados.El segundo libro cubre la época desde 1966 hasta 1970.
Resalta el autor en estos dos primeros libros de esta majestuosa obra que aquella fue una época de desarrollo turístico e inmobiliario, de mucho dinero. Pero que en este sueño compartido, mientras unos construían edificios, otros componían poemas, como el que cantó Pedro Lezcano, alma-máter del ajedrez isleño, al grupo Mestisay: "Que no me pida licencia quien quiera cantar mis versos. Mis palabras son de todos, si no ¿para qué las quiero? (...) Nada queda de los hombres si no es palabra en el viento, si no es voz en la memoria, si no es música en el tiempo."
Pedro Lezcano fue Miembro de Honor de la Academia Canaria de la Lengua, Premio Canarias de Literatura y Doctor Honoris Causa por la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria e hijo adoptivo de esta ciudad.Y además... fue un ¡maestro del ajedrez! y Moyano lo nombra por los cuatro costados en estos dos primeros libros de la historia del ajedrez, insisto, ¡canario!.
Angel Jiménez Arteaga