La calle Progrés n° 9-11, casi es Barcelona. Sólo por unos metros, la Llesquería El Còm (cuya traducción al castellano seria abrevadero) queda en L’Hospitalet, justo al lado del Mercat de Collblanch. Tiene una entrada muy pequeña y unos barriles en la puerta la anuncian. Aunque la teníamos vista, nuestra primera visita fue para probar su oferta del Quintotapa L’Hospitalet. La primera vez que fuimos solo probamos una de ellas, pues la de producto del parc agrari solo la hacían el fin de semana. Así que ya nos organizamos para pasar el sábado en el espacio gastronómico que por las mañanas se instalaba en el mercado y aprovechar el viaje para probar su segunda tapa.
Con aspecto de Celler provocado por sus botellas de vino, paredes de obra vista y con varios bodegones, La llesqueria el Còm es acogedora. No es un gran local, pero no es necesario que lo sea. Josep y Montse se aventuran con la Llesquería en el año 1997. Los dos han vivido siempre de negocios familiares relacionados con la venta del producto de gastronomía de calidad, mediante una de las paradas más antiguas del mercado de Collblanc. Saben que es tratar con el cliente, darles servicio y tienen claro cual es su apuesta. Embutidos de calidad, buena cocina y buenos vinos acompañan la oferta de lo que podríamos llamar una “Llesquería Gourmet”. Montse nos deleitará con sus platos y Josep, sumiller en constante renovación, con sus vinos y consejos.
No hacen menú de mediodía. Se han especializado en grandes rebanadas de pan muy completas con productos y combinaciones clásicas, alguna más atrevida y sobre todo, bien cocinadas y caseras. Pero no solo hacen torradas. Unos buenos huevos fritos con foie es uno de sus platos estrella que tendremos que ir un día a probar, así como otras ofertas que vimos en carta pero que ese día ya no nos entraban!.
Como os hemos comentado, veníamos de tomar alguna que otra tapa ;-) y nos quedamos allí. Como ya íbamos alimentados, pedimos poco, pero suficiente para completar la comida y quedarnos con las ganas de ir algún día con el estómago vacío para poder llenarlo todo allí. Compartimos un primero ligero, como si de un aperitivo más se tratase. Un Bull de cap con vinagreta de Pepinillos y Cebolla.
El Bull de cap venía servido en un gran plato y cortado muy fino, como un carpaccio. La vinagreta, hecha por Montse, le sentaba de maravilla, ya que potenciaba el sabor del Bull. Ya sabemos que no es un embutido extremadamente sabroso, sobre todo si lo comparamos con ibéricos que llevan más grasa, pero tiene un sabor muy fino. Fue una elección perfecta como entrante.
Ya que habíamos ido, no podíamos irnos sin probar una de sus torradas. Eso sí, dado el tamaño que tienen fue una para los dos. Muchas de ellas son de hamburguesas y suelen venir d0s unidades en cada torrada. Algo que lo hace ideal para, cuando volvamos, pedir dos diferentes y poder intercambiar. Así, probamos dos cosas!. Dudábamos mucho cual escoger, así que lo mejor que pudimos hacer fue preguntarles a ellos y hacerles caso.
Una hamburguesa, que eran dos, de magret de pato. Chicos, se deshacía en la boca. Buena, en su punto, melosa, casera… nos encantó. Que buen consejo nos dieron. Y menos mal que pedimos una, más que suficiente incluso sin haber tapeado antes. Una hamburguesa muy recomendable que nos acabó de convencer de que tenemos que volver con hambre. Nos trajeron ya la torrada servida en dos raciones, así que no tenemos foto de ella entera, pero con hambre no te quedas, eso si eres capaz de comértela.
Eso no quita que prescindiéramos del postre. Nunca!. Y una vez más, casi les dejamos elegir a ellos. Nos quedamos con las ganas de probar los helados, ya que son de Sandro Desii y eso son palabras mayores. Aún no los tenía. En Alimentaria tuvimos la suerte de probarlos y vale la pena acercarse al Com aunque sea para comerse uno de ellos. Pero no os desvelaré más, mejor vais y elegís uno de sus extravagantes sabores (por ejemplo helado de Sobao Pasiego con Orujo de Liébana). Bueno a lo que vamos, uno de ellos fue ligerito, ya que era Espuma de Crema Catalana
Acompañada con una original y crujiente galleta, y muy fácil de comer. Era una espuma, así que nada pesada, más suave aún que una mousse pero con todo el sabor. Una vez más, las manos de Montse nos sorprendían. Pero no nos quedamos ahí. El postre no lo compartimos y también pedimos una tarta de chocolate.
Chocolate y más chocolate. Y con unas escamas de Sal Maldon que tan bien le sientan. Claro íbamos sin hambre, pero ya se sabe, el comer y el rascar…
Acompañamos la comida con dos copas de vino para poder probar dos de los recomendados, esta vez, tomando todo el protagonismo Josep. Un vino de Ses Illes, de Mallorca, Sincronía y un D.O. Montsant, Orto. Los dos perfectos para el menú y los dos buenísimos.