Llévame con tu líder – Una historia de marcianos –

Por Bvillar1970

Por Bernardo Villar

Hoy en cada película de alienígenas estos bichos de diseños creativos no pierden tiempo, solamente llegan y matan a todo lo que se encuentra a su paso de manera irracional, pero hubo un momento en a historia del cine de Hollywood en que cuando un invasor extraterrestre llegaba a la tierra lo primero que decía era: Llévame con tu líder. No con tu jefe, no con tu presidente, con TU LIDER.

Y es que aunque para mucha gente parezca ser lo mismo, líder y jefe son cosas distintas.

Un líder no dice lo que se debe hacer. Un líder es una persona que ve más allá de lo que hay y crea una visión poderosa, tanto que la gente a su alrededor la hace suya y se suma en el camino a materializarla.

Un jefe, de un equipo, una institución, un estado, es un puesto organizacional. Su trabajo es tomar decisiones sobre lo que hay que hacer y cómo se va a hacer.

Idealmente un jefe es también un líder, pero muchas veces el líder no tiene el puesto de jefe. Un jefe dice qué hacer de modo inapelable. Un líder es el que causa que las cosas pasen.

Pensemos por ejemplo en Gandhi. Él era el líder de la India, pero nunca fue el jefe. Su visión sumó a millones en la creación de una nueva India, y su autoridad no venía de un cargo, sino de la coherencia con la que vivía.

En la política existen jefes de gobierno (como se llame el cargo en cada país) y estadistas. Un jefe de gobierno se encarga tiene un puesto y se encarga de dirigir su país durante lo que dura el tiempo de su mandato, luego lo sustituye otro y otro y otro y su gobierno se pierde entre otros muchos que no hicieron la diferencia. Un estadista tiene una visión de un país que no existe y se compromete con su creación, sus acciones tienen repercusión muchos años después de que su mandato termina. Esos son los que recordamos. Esos no solo son jefes, son también líderes.

En los equipos deportivos muchas veces el líder no es el capitán, aunque idealmente el capitán debería ser también el líder.

En cualquier organización humana existe el que manda y el que hace que las cosas sucedan. El que ordena y el que inspira.

La capacidad de transformar rara vez viene de quien solo ejerce el poder, más frecuentemente viene de quien tiene la capacidad de inspirar a la acción; a la acción elegida, no a la impuesta.

El liderazgo no es una posición de poder sobre las personas, sino un compromiso inspirador hacia los iguales.

Si te pidiera un visitante extraterrestre que lo llevaras con tu líder, ¿Con quién lo llevarías?

¿A qué aspiras? ¿A mandar o a Inspirar?

¿Cómo manifiestas tu liderazgo en el mundo?