Cuando ya pensaba que el ingenio de algunos se había disipado, siempre acabo sorprendiéndome y de manera agradable al conocer noticias como esta. Al parecer una gasolinera en La Guancha (Tenerife), ha iniciado una campaña de ofertas en sus precios para ayudar a los conductores y porque no decirlo, de paso vender muchos más litros.
Lo poco que pude oír al respecto, ya que en ese momento estaba recargando de fuel mi mechero Zippo, fue que los jueves, aquellos que se pasen por la gasolinera y que llenen su tanque pueden llegar a conseguir un ahorro de hasta 4 euros. Claro, para los que tienen la suerte de llevar el bolsillo lleno de monedas, un importe tan bajo les resulta hasta penoso, pero para los que calculan sus gastos hasta el mínimo céntimo, una oferta tal no se puede desechar.
Es tanta la acogida que ha recibido el (por llamarlo de alguna forma) “Jueves Gas” que las colas que se montan a la entrada de la estación son impresionantes. ¿Y qué podemos pensar al respecto? Pues que el regente de dicho negocio ha sabido aprovechar la situación económica del momento y, aunque aquellos que solo se fijan en la macroeconomía no lo vean, ha ganado más cobrando menos.
Y lo que no entiendo es porque no se lleva a cabo una iniciativa como esa en más gasolineras, porque sinceramente resultarían beneficiados. Aunque si les digo la verdad, ya bastante beneficio obtienen de los minimarkets que acompañan a la venta de carburante en las estaciones. Y es curioso, porque el otro día le puse al coche 30 euros de gasolina sin plomo (sin plomo porque el pesado de mi cuñado se quedó en casa) y a mi novia se le antojó una chocolatina. La cuenta total fue de 65 euros. Así que, a ver si alguien me lo explica.
De todas formas, aplaudo la proyección empresarial de este buen señor puesto que no solo ha saneado ligeramente la economía de su empresa sino que además ha conseguido que algunos conductores tengan algo más de dinero en sus bolsillos. Por eso recomiendo a los que tengan la posibilidad de hacerlo, que lo hagan, y a ser posible cerca de donde vivo porque ya solo me queda gasolina para 2 días y no tengo ni para chocolatinas.
Esta es la crónica habitual, de un día como otro cualquiera…
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