En tercer grado, como el alfarero que le dice al barro te he creado para algo, dejó en el escritorio de la señora que me enseñaba, Corazón Valiente, El Moto, y MI HOGAR Y MI PUEBLO, mi 3er o cuarto libro, que desde la misma rama en que la pajarita pinta se columpiaba, me escondía de las burlas porque ella hizo una obra de teatro, con Más debajo de la piel, en la que no participaba porque a mis compañeros los pintaron con betún y hablaban como negros porque Yo para qué…
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