Fernando Llorente ha abandonado el campo de entrenamiento de forma inesperada y tras un cambio de impresiones con Marcelo Bielsa quien, al parecer, no estaba demasiado conforme con el rendimiento del ariete en la sesión de trabajo. El entreno consistía en un partidillo en tres cuartas partes del campo entre un equipo de ocho jugadores del primer equipo, los suplentes del derbi, y otro compuesto por nueve jugadores del Bilbao Athletic. En uno de los recesos del mismo, sobre las 11.25, Bielsa se dirigió al corro de sus jugadores y comenzó a hablarles dirigiéndose a Llorente de forma muy breve. El delantero hizo una pequeña mueca torciendo el gesto sin que desde lejos se adivinase si replicó al técnico, pero Bielsa, inmediatamente, volvió a dirigirse hacia Fernando levantando las manos. Inmediatamente, y tras escuchar algo de la boca del técnico, Llorente dejó el círculo, empezó a andar por el campo dejando el terreno de juego y se encaminó hacia el vestuario con cara de pocos amigos. Posteriormente, la sesión siguió desarrollándose, ya sin el delantero centro en el campo, durante unos 20 minutos más, bajo la atenta mirada de Marcelo Bielsa, quien después ya no volvió a dirigirse en el campo a sus futbolistas.
Fernando Llorente ha abandonado el campo de entrenamiento de forma inesperada y tras un cambio de impresiones con Marcelo Bielsa quien, al parecer, no estaba demasiado conforme con el rendimiento del ariete en la sesión de trabajo. El entreno consistía en un partidillo en tres cuartas partes del campo entre un equipo de ocho jugadores del primer equipo, los suplentes del derbi, y otro compuesto por nueve jugadores del Bilbao Athletic. En uno de los recesos del mismo, sobre las 11.25, Bielsa se dirigió al corro de sus jugadores y comenzó a hablarles dirigiéndose a Llorente de forma muy breve. El delantero hizo una pequeña mueca torciendo el gesto sin que desde lejos se adivinase si replicó al técnico, pero Bielsa, inmediatamente, volvió a dirigirse hacia Fernando levantando las manos. Inmediatamente, y tras escuchar algo de la boca del técnico, Llorente dejó el círculo, empezó a andar por el campo dejando el terreno de juego y se encaminó hacia el vestuario con cara de pocos amigos. Posteriormente, la sesión siguió desarrollándose, ya sin el delantero centro en el campo, durante unos 20 minutos más, bajo la atenta mirada de Marcelo Bielsa, quien después ya no volvió a dirigirse en el campo a sus futbolistas.