A Yorman,
in memoriam
Llovía en Los Pozones.
llovían piedras,
Llovía lluvia
Llovían balas.
La sangre de Yorman Adrián Berbecía
se diluía sobre el pavimento mojado
al mezclarse con la lluvia
porque en ese momento
llovía en Barinas.
Diecinueve años tenía Yorman
los mismos años que cuenta la revolución.
Diecinueve años
cuando una bala
vestida de uniforme verde oliva
disparada al pecho,
le cegó la vida.
Su cuerpo cayó inerte
sobre el pavimento negro y húmedo
de su pecho desnudo
brotó la sangre silenciosa
qué se mezcló con la lluvia.
Yorman murió
en brazos del sacerdote de Los Pozones
las campanas de la iglesia
doblan por el joven
suenan a protesta.
La diezma no cesa
nos matan a los muchachos
por goteo
como llovizna interminable.
El día que cayó Yorman
Llovía en Los Pozones de Barinas.
Llovían piedras,
Llovía lluvia.
Llovían balas.
Llovía muerte.
Ahora, llueve rabia,
llueve tristeza.
Llueven…
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