Primero fue al frente del quinteto The Commotions, en el lustro que iba de 1982 a 1987 y a lo largo de tres discos y luego en solitario. Dos etapas que han hecho de Lloyd Cole uno de los nombres más representativos del pop británico atemporal, clásico, del que supera el test del tiempo y mantiene un estatus contemporáneo. Muy pronto llamaron la atención las letras de este estudiante de filosofía: su debut “Rattlesnakes” (1984) venía con incrustaciones literarias (Simone de Beauvoir, Norman Mailer, Truman Capote) y una fuerte carga de irónica elegancia. Pero no solo de letras de calidad “top” vive Lloyd: sin ir más lejos, esa obra se significó también como una de los que definió el jangle pop de su década. Su etapa en solitario ha sido más ecléctica, iniciándose en 1990 con un álbum homónimo de sonido más duro y directo, menos estilizado (y con Robert Quine y Matthew Sweet de colaboradores), que le llevó al # 1 en el Reino Unido. Fue el disparo de salida de una trayectoria que ha ido redefiniéndose a lo largo de más de una docena de títulos (entre ellos, dos directos y una recopilación de rarezas) y que le ha hecho zigzaguear entre Burt Bacharach, la psicodelia, el cantautor folk y la electrónica, siempre con su impronta, meticulosa y con gusto. Esto último, la electrónica, fue el barniz de uno de los dos discos que publicó en 2013, el instrumental "Selected Studies, Vol. 1", firmado a medias con el veterano Hans Joachim Roedelius, leyenda viva de la música experimental alemana. El otro que sacó ese año, “Standards”, ya solo a su nombre, contó con colaboraciones de dos músicos que lo acompañaron en “Lloyd Cole” (1990), Fred Maher y Matthew Sweet. Un disco en el que desactivó su modo reposado y apostó por la electricidad. En septiembre de 2015 volvió a repetir con su vocación electrónica y de experimentar con sintetizadores y sacó "1D Electronics 2012-2014". En 2016 tiene previsto publicar una caja con todos sus hits entre 1983 y 1996, proyecto que le llevará de gira en solitario para interpretar sus más conocidas canciones.
Primero fue al frente del quinteto The Commotions, en el lustro que iba de 1982 a 1987 y a lo largo de tres discos y luego en solitario. Dos etapas que han hecho de Lloyd Cole uno de los nombres más representativos del pop británico atemporal, clásico, del que supera el test del tiempo y mantiene un estatus contemporáneo. Muy pronto llamaron la atención las letras de este estudiante de filosofía: su debut “Rattlesnakes” (1984) venía con incrustaciones literarias (Simone de Beauvoir, Norman Mailer, Truman Capote) y una fuerte carga de irónica elegancia. Pero no solo de letras de calidad “top” vive Lloyd: sin ir más lejos, esa obra se significó también como una de los que definió el jangle pop de su década. Su etapa en solitario ha sido más ecléctica, iniciándose en 1990 con un álbum homónimo de sonido más duro y directo, menos estilizado (y con Robert Quine y Matthew Sweet de colaboradores), que le llevó al # 1 en el Reino Unido. Fue el disparo de salida de una trayectoria que ha ido redefiniéndose a lo largo de más de una docena de títulos (entre ellos, dos directos y una recopilación de rarezas) y que le ha hecho zigzaguear entre Burt Bacharach, la psicodelia, el cantautor folk y la electrónica, siempre con su impronta, meticulosa y con gusto. Esto último, la electrónica, fue el barniz de uno de los dos discos que publicó en 2013, el instrumental "Selected Studies, Vol. 1", firmado a medias con el veterano Hans Joachim Roedelius, leyenda viva de la música experimental alemana. El otro que sacó ese año, “Standards”, ya solo a su nombre, contó con colaboraciones de dos músicos que lo acompañaron en “Lloyd Cole” (1990), Fred Maher y Matthew Sweet. Un disco en el que desactivó su modo reposado y apostó por la electricidad. En septiembre de 2015 volvió a repetir con su vocación electrónica y de experimentar con sintetizadores y sacó "1D Electronics 2012-2014". En 2016 tiene previsto publicar una caja con todos sus hits entre 1983 y 1996, proyecto que le llevará de gira en solitario para interpretar sus más conocidas canciones.