Lluvioso domingo en A Zapateira

Por Candido

Agua y viento, barro, ramas caídas, algún árbol tronzado... un día ideal para practicar el lado gastronómico del carnaval, ¡a comer!, cocido, lacón, chorizo... (el cerdo desde la cabeza hasta el rabo), grelos, patatas... de postre filloas y orejas, todo adecuadamente "remojado". Terrorífico festín calórico disfrutado en buena compañía, así que daba igual qué tiempo hacia por la mañana: agua y viento, barro, ramas caídas, algún árbol tronzado, alguna "tronada"... ¡un día ideal para pisar charcos!.
Dado que no hacía mucho frío, tras mirar por la ventana para observar el estado del tiempo me dirigí a la calle provisto de malla larga, una buena camiseta interior y un cortavientos ligero, según llego al portal retumba un trueno y se inicia un fuerte chubasco que me hace cambiar de opinión y decido cambiar ese último por un cortavientos impermeable mientras mantengo el plan de salir al monte. En 2 km recorridos he dejado atrás A Coruña, atravieso el Campus de Elviña y me adentro  en zona montuna, inicialmente rodeando el Castro del Elviña

(Imagen tomada de terraeantiqvae.com)

para acometer un ruta un tanto deslabazada debido a las limitaciones que impone la gran obra que se está acometiendo en la zona para la construcción de un tramo de la autovía que acabará siendo el acceso a la ciudad por la 3ª ronda.
En un segundo paso por la entrada al Castro puedo observar que la persona que se ocupa de las visitas guiadas a la zona arqueológica es puntual aunque no cuenta con visitantes (el día no invita al paseo por zonas desprotegidas de las inclemencias meteorológicas).
Continúo por diversos caminos que, inevitablemente, acaban muriendo en el gran tajo de las obras ya citadas hasta que acabo dando con una zona que, de momento, permite traspasar esa barrera no sin antes atravesar un falso túnel que vendrá a restituir un antiguo camino, al poco alcancé el punto que los habituales por la zona conocemos como "el terraplén" desde donde aproveché para hacer unas fotografías durante una tregua de la lluvia, continué montuneando un poco mas hasta retomar la ruta de vuelta a casa, realizando un alto en el Parque Eirís cumpliendo con los necesarios estiramientos antes de una reconfortante ducha caliente.
Finalmente acabé recorriendo 15,3 km, de los que unos 4,5 fueron por suelo duro y el resto por monte durante una mañana invernal de constantes chubascos que no deja de tener su punto encantador.

Las obras con los barrios de Mesoiro y Novo Mesoiro al fondo,
el polígono de POCOMACO, el polígono de Vío todavía por ocupar.
El monte de As Rañas y, en último término, el monte Monticaño
con las chimeneas de la refinería a su derecha.

Al fondo A Coruña, hacia el centro de la imagen
puede apreciarse la Torre de Hércules

Aún faltan muchas voladuras hasta completar la brecha

En el centro, la facultad de arquitectura técnica
en el campus de A Zapateira