La historia es la siguiente y dice así:
Un genio tomó forma de mendigo y le dijo a un zapatero:
– Hermano, hace tiempo que no como y me siento muy cansado; aunque no tengo ni una sola moneda, quisiera pedirte que me arreglaras mis sandalias para poder caminar.
– ¡Yo soy muy pobre y ya estoy cansado de todo el mundo que viene a pedir pero nadie quiere dar! –contestó el zapatero.
El genio le ofreció entonces lo que él quisiera.
– ¿Dinero inclusive? –preguntó el tendero.
El genio le respondió:
– Yo puedo darte 10 millones, pero a cambio de tus piernas.
– ¿Para qué quiero yo 10 millones si no voy a poder caminar, bailar ni moverme libremente? –dijo el zapatero.
Entonces el genio replicó:
– Está bien, te podría dar 100 millones, a cambio de tus brazos.
El zapatero le contestó:
– ¿Para qué quiero yo 100 millones si no voy a poder comer solo, trabajar o jugar con mis hijos?
– En ese caso, te puedo dar 1.000 millones a cambio de tus ojos, dijo el genio.
El zapatero respondió asustado:
– ¿Para qué me sirven 1.000 millones si no voy a poder ver el amanecer, ni a mi familia y mis amigos, ni todas las cosas que me rodean?
Entonces, el genio concluyó:
– ¡Ah, hermano mío, ya ves qué fortuna tienes y no te das cuenta!».
Y para acabar, un vídeo corto (3 minutos):
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