Una noche despertó sobresaltado sin saber por qué y de inmediato se volvió dormir. Entonces soñó que un amigo escritor describía un cuadro, figuración de un paisaje que por efectos de la perspectiva y del tratamiento de la materia del color -el óleo- representaba la visión normal de una persona. Es decir, en cierta zona de la imagen los detalles eran tan precisos como los de esos puntos donde el espectador fija la mirada, y, fuera de ese fragmento de la tela, las imágenes seguían siendo reales y precisas pero tenían la insustancialidad característica de las cosas que no entran en el foco de atención de los humanos. (Fogwill, 'Lo Cristalino').