Para empezar, Iñaki parecía inofensivo. Si, lo sé, los inofensivos son los peores, pero es que este era inofensivo y deportista de élite…una combinación que a primera vista parecía apta para adaptarse perfectamente a su papel de hombre florero mantenido y haberse dedicado a la vida contemplativa sin ningún tipo de preocupación material. Parecía un tipo capaz de pasarse la vida llevando a sus niños al cole, yendo al gimnasio, pegando el careto en algún acto benéfico y luego disfrutar de su mujercita y sufrir una vez al año vacaciones con la familia política. También tenía cara de poder echarse una churri por ahí o varias…pero poco más. De repente salta la noticia. Iñaki se había montado un chiringo con un amigo para vender humo contando con sus contactos y forrarse.
¿Por qué alguien que tiene la vida resuelta, que no va a tener en su vida ni una sola preocupación material se monta un chiringo para ganar pasta que no necesita?
Por ambición, me dijeron unos. Vale, acepto aunque no lo entiendo, que alguien con la vida no solo resuelta sino con un nivel de vida acojonantemente bueno esté poseído por la fiebre de gilito y quiera tener más pasta.
Porque no soporta ser un hombre florero y quiere ser alguien, no solo el “marido de”..- me dijeron otros. Ya. No lo entiendo, desde el momento en que te casas con una princesa aceptas ser el marido de la princesa y desde el momento en que te dedicas al deporte profesional, sabes que a una edad relativamente temprana te quedarás sin “actividad”….pero bueno, vale, has tenido una crisis y quieres tener un negocio.
Pero…¿por qué montas un chiringo ilegal y turbio pudiendo montar cualquier majadería que te hubiera funcionado igual porque eres el yernísimo del Rey y además tampoco pasa nada si te va mal porque tus habichuelas no depende de eso?
Aquí sólo se me ocurren cosas malas.
Lo hace porque a la ambición y al deseo de figurar se suma la estupidez. La estupidez y el haber conocido a uno más listo que él que le hace creer que él es el listo. El tal Diego es un pájaro de cuidado, pero es listo. Monta el chiringo y empiezan a forrarse vendiendo humo y tirando de la influencia de Iñaki. Diego no es tonto, sus habichuelas sí dependen de que el chiringo vaya bien y además sabe que él no tiene la vida resuelta y si algo sale mal (porque él si sabe perfectamente lo que están haciendo) su culo será el primero en ser perseguido. Por eso guarda todos los correos y todos los papeles que el tonto de Iñaki le manda alegremente. La primera norma de un chiringo ilegal es “no se escribe sobre el chiringo ilegal”…eso lo sabe todo el mundo.
Pero bueno, empiezan a ganar pasta y aquí entra en acción ella, la infanta.
Para empezar supongo que ella está locamente enamorada de él y le dice a todo que sí sin pensar.
- Cariño, como me aburro, he conocido a tío que tiene una idea de negocio y le he dicho que si. - Lo que tú digas mi rey. - Sabía que iba a encantarte. Necesito que me firmes aquí, aquí y aquí.
Confieso que esto me resulta difícil de creer. El otro día JS me argumentó que hay muchas mujeres que no leen lo que les dan a firmar sus maridos. Por supuesto, me revolví y le dije que no estaba de acuerdo…pero aunque así fuera, se me ocurren varias cosas por las que no creo que ocurriera esto con la Infanta.
Para empezar es una mujer que ha estudiado, universitaria y que curra. Debe estar harta de leer papeles y supongo que sabrá mínimamente interpretarlos aunque no sea especialista en derecho societario, mercantil o lo que sea. Además, ¡tiene secretario!! Cuyo trabajo supongo que es leer todos los papeles que pasa a su jefa antes de que ella los firme…y si esto fuera poco, es hija del rey de España y por muy tonta que pueda ser ha recibido una educación por encima de la media.
A pesar de todo esto y suponiendo que ni ella lea, ni el secretario lea, su educación haya sido fingida y solo le dieran a firmar la última página del contrato, LO FIRMO, así que pasó a ser parte del chiringo.
¿Por desconocimiento y enajenación amorosa? ¿Con conocimiento de causa y enajenación amorosa? ¿Con conocimiento pensando que no pasaría nada? ¿Borracha y con lectura en diagonal? ¿Por dejadez y para que Iñaki fuera feliz?
Me da igual. Has firmado y eres responsable.
Pero vamos a suponer que firmo abducida por un extraterrestre o que Iñaki falsificó la firma y ella seguía sin enterarse.
- Cariño…- Dime rey. - He pensado que podíamos comprarnos un palacete. - Aha…ya…pues habrá que preguntarle a papá si nos da la pasta. - No hace falta. Tengo 3 millones de euros. - ¿Qué tienes qué?
- 3 millones de euros…- ¿De dónde los has sacado?- Pues mira es que era una sorpresa…pero tengo un negocio con un amigo. - Ah, estupendo.
Incluso si Iñaki es un rey de las sorpresas y lo hizo a lo grande: compró la casa, la reformó y luego le dijo “Churri mira que sorpresa tengo para ti”…Ella tuvo que enterarse en algún momento de que él tenía pasta que había sacado de algún tipo de negocio. Y cualquier tía, aunque no sea inteligente, aunque sea una zopenca redomada, solamente por curiosidad preguntaría:
- ¿Y se puede saber de qué es ese negocio? - Ah bueno...con un amigo. - ¿Qué amigo? ¿Dónde lo has conocido?
Por definición, todas las tías del planeta sospecharían de un “amigo” que ha montado un negocio con nuestro marido y porque tendemos a ser muy malas, pensaríamos que si nuestro marido se ha llevado 3 millones de euros ¿cuánto se ha llevado el otro? Y suponiéndole un mínimo de inteligencia a la Infanta… ¿no se le encendió una lucecita que le dijo mi marido es ex balonmanista… ¿Qué negocio habrá montado? No me lo creo.
Todo son malas opciones.
Él es ambicioso y tonto y creyó que no le pasaría nada, pensó que si le pillaban su suegro le salvaría el culo.
Ella lo sabía todo y le dio igual. Pensó que si pillaban a su churri su padre le salvaría el culo.
Ella de alguna manera inexplicable no sabía nada, es idiota y hay que quitarle la custodia de los niños, no dejarla conducir ningún coche ni manejar sustancias tóxicas ni acercarse a los enchufes. ¡Ah! Y al secretario hay que despedirle.
Por supuesto todos, el padre, la hija y el yerno, creyeron que Diego era tonto y ahí fue cuando la cagaron. Pensaron que la gente no se creería nada, que seguirían cegados por el cuento de princesas y que todo pasaría sin pena ni gloria.
Lo dicho, todo malo, pero lo peor es que nosotros parecemos gilipollas.