Amos, anda. No sé de dónde sale esa ola de puritanismo o de feminismo mal entendido. En primer lugar, las violaciones no es un tema ajeno a cualquier telefilm de sobremesa, por ejemplo, y, yendo más allá, a ver si es que no se va a poder tratar el tema y de tanto no tratarlo nos vamos a olvidar de su existencia. Oiga.
Y ya, hablando en ASOIAF dialecto, si se conoce Westeros, lo de Ramsay a Sansa fue, vamos, una caricia amable, una noche de bodas de lo más normal. En comparación con otras cosas que hemos visto y con lo que nos quedará por ver, digo. Que el asunto no salga en los libros, por ahora, ya queda aparte.
Más de los nervios me puso, y si no lo digo reviento, lo de Jaime vestido de califa andalusí de fiesta de moros y cristianos peleando con unas Sand Snakes convertidas en trasuntos de las tortugas ninja en los jardines del alcázar de Sevilla. Todo esto mientras la
Que no puedo con la vida, que me vi superada y a punto de la carcajada. Me esfuerzo en entender que la serie haya adquirido entidad propia con respecto a los libros pero queda en mí el temor de que se le siga yendo la mano y aparezcan más momentos WTF? como este. PERO QUÉ PINTA JAIME EN DORNE, COÑO?
Lo dicho: si no lo digo, reviento.
Querido no lector de los libros que llegas a este blog en busca de una respuesta: lee los libros. Que tienen más paja que el granero de mi abuelo en septiembre, no te lo voy a negar. Pero también podrás descubrir a los titos Greyjoy, pensarás menos en Ramsay Bolton, averiguarás que la familia Tully no fue aniquilada por la HBO... No sé, si te mola Westeros (y tierras aledañas y lejanas), lee los libros. Por caridad. Así podrás entender lo que sentimos los lectores al ver a Jaime vestido así:
Muy discreto todo. Sí.