Ya está. Pasó Sudáfrica. Quedó España. Se viene Brasil 2014 y nosotros seguimos tachando palitos, a lo preso, de a cuatro. Será tiempo de escuchar a los mismos portadores de causas ajenas, a los que se vanagloriaron con Italia o el Inter antes, a los que se cuelgan la medalla de España o del Barcelona ahora. ¿No pueden valer las 2? Me pregunto que sentido tiene pararse en una vereda con ese celo ardiente, cuando los dos métodos, al ojo disímiles, tienen la misma meta. Ganar. Basta solo con repasar las declaraciones de los jugadores de los planteles finalistas antes de la final, ahí hubo unificación. “Ahora sí, queremos ganar como sea” Lo dijo Iniesta (el mejor de todos) por el lado español y lo aplicó (mal) Holanda cambiando un golpe por golpe por un golpe a golpe justo en la final. Ambos estilos, hoy caracterizados por Lippi o Mourinho y Del Bosque o Guardiola, se destacan por que en lo parece sencillo hay mucho (pero mucho) trabajo. No es todos atrás, ni es todos para adelante. Por citar ejemplos, ambos estilos saben como usar la pelota detenida, sacan provecho de ella. Ambos estilos avanzan con mucha gente lanzada en ataque, aunque en el inicio esperen a sus rivales o los vayan a buscar, por que unos apuestan a la velocidad o a la mixtura de sus jugadores y los otros en darle valor a la técnica individual de la mayoría. Y para defender (esto que parece un pecado capital) todos han mostrado una bravura similar. De hecho terminan siendo más violentos los “líricos” por desventaja numérica o por desconocimiento de la causa (esto si es un pecado).
Sí al final ganar es lo que importa, ¿Qué intentamos demostrar cuando nos plantamos en una vereda acérrima a otra? ¿Necesitamos un rival para poder darle sentido a una idea? ¿Es necesario mirarse o buscar mirarse siempre en el espejo del ganador?
Trasladado a nuestra Selección, estaría mejor buscarnos en el espejo propio desde la base o mejor aún, desde la cabeza. ¿Cuál es el sentido de darle chances a Basile, Passarella, Bielsa, Pekerman, Maradona…esta claro que es un albedrío y también esta claro que el único objetivo es ganar. Por que de búsquedas de identidades…poco y nada, todos bien diferentes. Ni hablar los campeones mundiales. Salvo en el caso de Pekerman hubo algo de esto que se reclama, pero su bajo perfil lo condenó, muy por encima de sus decisiones tácticas, querer achacarle que dejó afuera a Messi en su debut mundialista parece una excusa muy poco válida después de los que vimos de Lio titular y consagrado. Queda demostrado que no la encontramos porque no la buscamos bien o por que nos da modorra buscarla o por que no conviene. Desconozco absolutamente.
Lo que no desconozco y queda en evidencia, es que es parte “de la nuestra” buscar enemigos, fantasmas, colgarse medallas, ningunear a ganadores y derrotados (este termino bien revisteril, que también es aplicable al futbol que, ergo, también tiene mucho de cabaret). Si se grita lo ajeno como propio, pero no hacemos nada por lo propio. Si en lo propio no aceptamos la diversidad y lo ajeno no es distinto sino enemigo. Si así nos vamos a seguir manejando, con antinomias sepia en épocas del 2.0, estaremos perdidos y seguiremos tachando palitos de a cuatro por mucho tiempo más.
Finale
Felicitaciones, no sólo para España por ganar, sino a todos los que trabajan en serio para intentar mejorar algo. Allí, en ese lugar silencioso, hay un triunfo que se oculta, que no se deja ver, pero que nos deja dormir tranquilos, después la coronación llegará sola.
*la imagen pertence a thezonecasualite.blogcindario.com