'Lo Imposible', la última bestia parda de nuestro cine

Publicado el 17 octubre 2012 por Lapalomitamecanica
Un recorrido por las razones que han convertido a la segunda película de J. A. Bayona en un acontecimiento nacional

Lo Imposible es la película de la que todo el mundo habla en nuestro país. El segundo trabajo de Juan Antonio Bayona tras El Orfanato se ha convertido en todo un fenómeno por muchas y variadas razones. Por supuesto, la más importante de todas ellas -que no la principal responsable de tanto alboroto, por desgracia- es que nos encontramos ante una buena película, un drama muy notable, respaldado por buenas interpretaciones y una cantidad de medios muchísimo más generosa de lo que estamos acostumbrados a ver en nuestra industria. Pero no es menos cierto que el éxito sin precedentes que ha tenido en taquilla, que la ha llevado a convertirse en el mejor estreno nacional e internacional de la historia de nuestro país, es el resultado de una operación de marketing más colosal si cabe que el propio filme. 
Desde la propia concepción de la película, basada en una historia real; hasta la abrasiva campaña de promoción que ha llevado a cabo Mediaset, responsable de gran parte de los 30 millones de euros que ha costado la cinta, pasando por un estudiado paso por festivales y el envoltorio del cine más Hollywodiense, Lo Imposible es un hit masivo que llega para demostrarnos que a pesar de los recortes en cultura, de arrastrar un estigma de aceptación general y de que nuestras estrellas se fuguen a Hollywood para ganar calvos de oro, en el cine español hay más ganas que nunca de hacer bien las cosas. 
Tras el salto, un recorrido por las claves que han llevado a Lo Imposible a convertirse en todo un éxito, como la historia real que hay detrás o la milimétrica estrategia publicitaria de la que ha sido objeto, así como un vistazo a la realización de sus efectos especiales y su banda sonora.
Antes de nada, os recuerdo que para un análisis de la calidad de la película como tal tenéis la crítica que realizó mi compañera Patricia.
Vamos a la harina.
La historia real

Ya conocíamos la devastación que trajo consigo el tsunami que azotó el sureste asiático en 2004, llevándose consigo casi un cuarto de millón de almas, pero a pesar de que la historia de Enrique Álvarez y María Bellón tuvo eco en la prensa nacional, no ha sido hasta la promoción de la película que se ha convertido en uno de esos relatos de supervivencia inherentes a la cultura popular de nuestro país. 
Todo comenzó cuando la productora habitual de Bayona, Belén Atienza, escuchaba una entrevista en La Ser a María mientras iba en su coche de camino al centro comercial. Resulta que semanas antes, la protagonista de la historia llamó al programa que dirige Gemma Nierga, Hoy Por Hoy, para agradecerle a la cantante Luz Casal, invitada en el espacio, el tremendo apoyo que supusieron sus canciones durante su recuperación en un hospital de Singapur. La emotiva llamada derivó en la entrevista que escuchó Atienza, que ni siquiera pudo realizar las compras que tenía previstas presa de las lágrimas. Casualmente, al día siguiente tenía preparada una reunión con Bayona. El tema que iban a tratar estaba claro.

Los Álvarez-Bellón, auténticos protagonistas de la historia de Lo Imposible.


"La impresión que me causó el relato supuso para mí un revés. Había algo en esa historia, una emoción, que me desarmaba antes incluso de llegar a articularla con palabras" contaba Bayona durante la promoción para el diario Qué!. Aunque nunca se había planteado rodar un filme de desastres o sobre un hecho real tan desgarrador, el realizador no dudó en conocer a los protagonistas del relato, María y Enrique. Hasta ese momento, la pareja había preferido no darle demasiada repercusión a su odisea y Bayona vio que era "una historia que trascendía al tsunami" de esas que tienen que ser contadas. La siguiente llamada fue al guionista Sergio G. Sánchez, responsable también del libreto de El Orfanato.
Al igual que Titanic, sin ir más lejos, Lo Imposible le debe gran parte de su éxito a la supremacía de las historias reales sobre las ficticias para remover el interior de los espectadores. De la misma forma que todos sabíamos que Jack iba a terminar hundido en las aguas de Atlántico o que los supervivientes del vuelo estrellado en Los Andes iban a tener que cambiar a una dieta rica en proteínas, que conozcamos el destino final de los personajes poco importa. Lo que realmente es capaz de cautivar a la audiencia es la sensación de ser un espectador privilegiado, casi imposible, del desgraciado acontecimiento en el más riguroso directo. Por supuesto, ahí entra la pericia de Bayona y su equipo a la hora de generar una sensación de inmersión, pero la audiencia ya acude condicionada de antemano a este tipo de relatos, y más con el paseo mediático que se está dando la auténtica María Bellón para enfatizar precisamente este aspecto.
La campaña promocional

Naomi Watts y María Bellón durante el estreno en Kinépolis en Madrid.


Como decía justo al termino del apartado anterior, al habitual desfile por periódicos, radios, televisiones y medios online del director y el reparto del filme, en esta ocasión se ha sumado la protagonista real de la historia, María Bellón, cargando de interés adicional no sólo a la película gracias a la complacencia con el resultado de la que hace gala la barcelonesa, sino a las propias entrevistas en sí, tradicionalmente rutinarias y con el mismo rollo escupido de formas diferentes. Además, se da la coincidencia de que Bellón afirma haberse hecho muy amiga de la actriz Naomi Watts, con lo que ha sido bastante frecuente verlas a las dos concediendo entrevistas en solitario e irradiando complicidad y buen rollo a expuertas.
Esa omnipresencia de la campaña promocional de Lo Imposible se debe al protagonismo del grupo de comunicación Mediaset en la producción de la película y a la posterior utilización de sus diferentes extremidades como plataformas de lanzamiento. A los incontables spots y menciones en los programas del grupo hay que sumar la cada vez más habitual técnica del teaser integrado en las autopromos de canales como Telecinco o Cuatro, por no hablar de la maniobra sin precedentes en la que todas las cadenas de Mediaset, a excepción de Boing, retransmitieron en lunes 8 casi simultáneamente la premiere madrileña de la cinta. Porque aunque el propio Vasile, consejero delegado de Telecinco, haya confesado que Mediaset pierde "el 35% de lo que invertimos en cine" (vía Europa Press), esa circunstancia se da por la cantidad de cintas en las que participan y cuyo público objetivo no coincide con los espectadores de su principal plataforma, Telecinco. Lo Imposible, al igual que la también reciente y exitosa Tadeo Jones, sí.

Paolo Vasile (der), apuntándose al glamour en el Festival de San Sebastián

Dejando a un lado que siempre es un error limitar la capacidad de los espectadores para disfrutar de cualquier película, no es menos cierto que parte de la campaña promocional de cualquier producto está destinada a la segmentación del mercado en la búsqueda del cliente perfecto, y la universalidad del mensaje de la película de Bayona de la que os hablaba en el epígrafe anterior no es del todo cierta en términos estrictamente publicitarios. El adjetivo se transforma en 'generalidad', entendiéndola como la base más amplia posible dentro del espectro, lo que obligatoriamente deja de lado los grupos más marginales o independientes, pero que encaja de manera impecable dentro de la línea editorial de Telecinco, en continua pugna con TVE por convertirse en el canal más visto de España (el margen entre ambas ronda el 0,5%). 
Para que nos entedamos, Lo Imposible es la película que tu madre, que piensa que Pretty Woman es una de las últimas películas de Julia Roberts y se traga hasta las repeticiones del Sálvame; tu hermano, con el que discutes siempre a la hora de comer para que quite a Los Manolos; tu hermana, fiel seguidora de los tronistas de Emma García; y tu padre, que aún no se ha dado cuenta de que Bruce Willis se ha quedado calvo porque Telecinco apenas echa películas, saben que van a ir a ver al cine. Con la mencionada Tadeo tampoco es diferente, ya que también son los padres los que deciden en qué entrada gastan el dinero los espectadores más bajitos.
Bayona recibió en junio, con Lo Imposible aún en postproducción, el premio CinEuropa al Mejor Director Internacional del Año en el marco de la Convención Oficial de la Unión Internacional de Cines (UNIC), que representa a asociaciones y exhibidores de 19 países europeos. Por si alguien tenía dudas sobre la vocación internacional del filme, cuyos derechos de exhibición llevan en posesión de Summit Entertainment desde 2010 (en España son propiedad de Warner).

El equipo del filme junto a la familia real en la premiere madrileña.

El primer pase de la película se realizó el 10 de septiembre en el Festival de Cine de Toronto, uno de los más prestigiosos por tratarse de la alternativa norteamericana al glamour de Hollywood y por ser superado sólo por Cannes en términos de tráfico económico y acuerdos entre compañías. La idea era entrar por la puerta más grande posible y las buenas críticas fueron el mejor efecto colateral. Dos semanas después tocaba la premiere española en el Festival de San Sebastián, donde el protagonista de la cinta, Ewan McGregor, fue reconocido oportunamente con un galardón conmemorativo a toda su carrera, convirtiéndose en el intérprete más joven en recibir un Premio Donostia.
Otras dos semanas después, 10,3 millones de euros en su primer fin de semana en taquilla.
Además, durante este mes y hasta el 27 de noviembre también puede verse una exposición fotográfica de la película en la Fnac Triangle de Barcelona cuyas ilustraciones están recogidas en un libro que ha publicado Norma Editorial.
Vamos, que sólo faltan tazas y llaveros.
Los efectos especiales

Con un rodaje que comenzó en 2010 y finalizó en enero de 2011, el doble de la duración habitual, las escenas más impactantes de Lo Imposible, las de la ola de 9 metros, fueron grabadas a caballo entre un decorado de 15 por 60 metros situado en La Ciudad de la Luz, Alicante, y otro muy similar emplazado en un plató de Estados Unidos, cada uno con forma de estanque -el tercero mayor utilizado en cine- y con capacidad para 12 millones de litros de agua.
El máximo responsable de los efectos de la película, en su mayoría de técnica tradicional, es el técnico internacional Pau Costa, que ha trabajado en títulos como Furia de Titanes, Biutiful, El Ultimatum de Bourne o Noche y Día, así como también en El Orfanato. En su labor ha sido asistido por el supervisor de efectos Félix Bergés, en cuya fimografía encontramos Ágora, Mar Adentro y Crimen Ferpecto.
La música

No es que considere también que la partitura de Fernando Velázquez (Los Ojos de Julia, Lope, El Mal Ajeno) es otra de las razones de la repercusión de la cinta, pero no quería dejar pasar la oportunidad para dejaros un fragmento de la obra, de gran belleza, con imágenes de su grabación en el estudio Abbey Road de Londes.
Con esta chapa ni siquiera pretendo cerrar el debate sobre si Lo Imposible es una gran película o un gran producto, ya que no sólo encuentro totalmente lícita la discusión de este fenómeno, sino también muy conveniente para fomentar el espíritu crítico de los espectadores, capaces de discernir entre arte, publicidad y sus respectivos contextos, por no hablar de que siempre será mejor que ese reflejo -de muchos- que es la taquilla de cine respecto al estado que atraviesa la salud cultural de nuestro país, tenga como protagonistas a películas como Lo Imposible antes que a despropósitos como Mentiras y Gordas o incluso la saga de nuestro querido Torrente. Porque tampoco es que el último trabajo de Juan Antonio Bayona vaya a bajarnos la prima de riesgo, pero no hace daño sacar pecho por razones extradeportivas de vez en cuando.

Imágenes vía agencias, indialibre y El Mundo.es