Harry Potter
Asimismo, ése puede ser el punto de partida. No plasmar las palabras tal cual en el lenguaje cinematográfico, sino recurrir a la esencia del libro y crear a partir de allí algo nuevo, que diga lo mismo pero de un modo distinto. Por algo se llama adaptación y no copia.
Es un error muy común que un lector odie una película porque no es igual que un libro. Amigo, no debería ser así. Otra cosa sería que no mantuvieran la personalidad ni el fin del libro para hacer lago que no tenga nada que ver. O intentar copiarlo sin saber qué era lo que nos quería transmitir la historia. Esa es la manera más fácil de perderse y crear una obra cinematográfica desequilibrada, sin fuerza o sentido. Por ello, una película que surja de una novela tiene que tener personalidad propia, basándonos en que el modus operandi no tiene nada que ver, y a la vez ser el mismo ente.