Lo mejor sale de dentro

Por Kheldar @KheldarArainai

He sido testigo gracias a una oportuna suerte (la gana de compartir cosas buenas conmigo que tiene alguien, mejor dicho) de algo que me ha removido lo bastante como para escribir una vez más algo acerca de lo que supone usar lo que llevas dentro.

Como dice el título, no cabe duda de que lo mejor sale de dentro.  

Todos tenemos una sensibilidad potencial, algo que podemos usar para conocer y expresar nuestros sentimientos hacia algo o alguien y nuestra realidad personal de modo que se aprecie y comprenda esto al hacerlo.

Pero por desgracia, no todos se atreven a explotar dicha sensibilidad.

Comprendo que haya reticencias porque al fin y al cabo, cuando haces el esfuerzo de recurrir a lo profundo… El rechazo duele más cuando tienes las emociones a flor de piel, o eso dicen. ¿Es cierto para vosotros, queridos y queridas? Para mí lo es.

De todas maneras, siempre se aprecia la valentía de quien no teme seguir la senda de la autenticidad, de sacar la mejor parte de sí mismo… Y por supuestísimo, siempre resulta mejor que inventarse cualquier historieta o repetir la misma cantinela una y otra vez a la espera de que alguien se la crea y se sienta especial por ello.

Eso es un engaño vil, una falta de respeto a la otra persona y de paso a uno mismo.

Os dejo un vídeo en el que personalmente le deseo todo lo mejor al que lo protagoniza por la valentía que ha tenido de abrirse de esa manera ante el mundo entero, y con algo que dice Ryan (el chico que aparece en él) antes de salir a tocar:

“Prefiero tocar algo que signifique algo para mí. Cuando tocas tu propia canción pones mucho más empeño en ello. Son tus propias letras, tu propia música… Ya sabes a qué me refiero.”

“La canción que voy a tocar es sobre una chica. Una de mis mejores amigas, hemos sido amigos desde hace unos seis años pero estoy algo así como loco por ella.”

Como veréis, luego de esto Ryan cuenta que no ha cantado esta canción a la chica que se la ha inspirado, de hecho también dice que es la primera vez que la escuchará… Y que está seguro de que sin decir ningún nombre ni haberla tocado antes, la persona a la que va dirigida se sentirá aludida.

Por su parte, los jueces del concurso se deshacen en alabanzas para el chico (del tipo “si esto no funciona, ninguna otra cosa lo hará”, si bien le remarcan que tiene un excelente sentido de la melodía y una acusada sensibilidad).

Además, al final termina hablando por teléfono una chica misteriosa. No me queda claro si el que llama es él, o le llaman a él… Pero tampoco importa.

~~o~~

No son pocas las veces que los que me preguntan ese mítico pero engorroso “¿qué puedo/tengo que hacer?” reciben el consejo de aprovechar el poder que les brinda su mundo interior. Que echen mano de sensualidad y sensibilidad.

Que si deben atreverse a hacer o decir algo y quieren comunicar algo con ello, es preferible que sea aquello que de verdad les corre por las venas.

Una vez más os remito a mi consejo favorito:

Dejad las florituras y expresad lo que de verdad lleváis dentro.

Honestidad. Autenticidad. De eso se trata.

No seáis valientes de palo ni poetas de andamio.

Cualquiera puede decir chorradas pseudo-ingeniosas.

Eso no es valiente. Tampoco descarado. Es sencillamente ridículo.

Hacerlo “por las risas” no lo justifica.

Invertid mejor vuestro tiempo y esfuerzos.

Sentid y expresad lo que sentís realmente.

Creed cuando os digo que la diferencia se nota. Todo aquel que tema “hacer el ridículo” al hacer una declaración sincera, o lo achaque a “ser un pagafantas” y similares… Ya sabe lo que le espera. Si pretende ir de malote y mantener una pose, peor para él.

Nadie está hablando de empalagar o de pasarse de pasteloso. Se está hablando de expresar una verdad al mundo sin tapujos, la verdad de las propias emociones y sensaciones. A tomar viento los prejuicios producto de la basura machoalfista.

Por supuesto, podéis negar el consejo. Para vosotros estaréis haciendo.

Abrazos,

Kheldar