Si aun no habéis visto La la land probablemente os sintáis un poco al margen de la sociedad. Es la película que todo el mundo alaba, la que ha batido récords en los Globos de Oro y la que muchos consideran el mejor musical de este siglo. ¿Merece la película de Damien Chazelle tantos elogios o se nos está yendo un poco de las manos? Analizamos sus puntos positivos y negativos:
A partir de aquí el artículo contiene spoilers
-Te hace olvidar la realidad durante todo su metraje. Aunque La la land esté ambientada en la actualidad, nos muestra un mundo más cercano a una ensoñación que al vivimos día a día. Un mundo lleno de color y música (obviamente) habitado por personajes románticos e idealistas. La película ha sido comparada con los musicales clásicos de la historia del cine porque produce el mismo efecto: nos traslada a una fantasía en la que nos encantaría vivir y en la que los soñadores acaban triunfando.
-Emma Stone y Ryan Gosling. Es inevitable destacar la química entre los dos actores, que ya habían trabajado juntos y a los que te crees totalmente como pareja. Su carisma hace que no te importe que quizá no sean los mejores cantantes y bailarines del mundo.
-Los Ángeles como la ciudad soñada. Conocida por su bullicio y su superficialidad hollywoodiense, la ciudad de las estrellas (como se ha titulado la película en español) ha sido trasformada en el escenario perfecto para las desventuras de sus protagonistas. Sus rasgos más característicos como los estudios de cine, la influencia latina (bares de tapas y salsa) e incluso los atascos, todo es una escusa perfecta para un número musical.
-La ambientación, el vestuario y, por supuesto, la música. Todo lo que envuelve a la historia de Mia y Sebastian es una maravilla. Un verdadero deleite para los ojos no sólo en la partes musicales, muchas rodadas en planos secuencia, sino durante toda la película. Saldrás tarareando Someone in the crowd.
-El amor no puede con todo. Al igual que en Café Society, la última película de Woody Allen que también nos lleva al Hollywood más clásico, el romanticismo puede acabar siendo un impedimento para lograr nuestros objetivos vitales. La necesidad de sacrificar una relación, con la persona aparentemente perfecta para ti, para poder ser lo que siempre has querido ser aporta un punto de reflexión a la película que la hace más contemporánea que los clásicos que homenajea.
Lo peor:
-El sueño americano en pleno s. XXI. Si dicen que Disney es el culpable de nuestras frustraciones sentimentales, el american dream que nos han vendido en tantas películas estadounidenses podría serlo de nuestras frustraciones laborales. La película sigue el eslogan de persigue tus sueños y estos se harán realidad haciendo escasa crítica hacia la industria del cine y de la música. Su director ya trató este tema en Whiplash, en la que se manifestaba de forma más explícita lo duro que es el camino hacia el éxito.
-Los personajes y la historia no salen de los tópicos. Aunque la labor de los actores hace que podamos estar observándolos durante horas, los personajes de Mia y Sebastian no dejan de ser arquetipos, monísimos eso sí, pero que ya hemos visto multitud de veces. Y si le quitamos todo su exuberante envoltorio, la historia es de chico conoce a chica accidentalmente y se enamoran sin muchas sorpresas en el desarrollo de la trama.
-¿Tiene sentido hacer un musical clásico en la actualidad? La la land ha sido comparada con películas tan míticas como Cantando bajo la lluvia. Aunque la intención de Damien Chazelle era homenajear otra época y otro modo de entender el arte, podría plantearse si su clasicismo puede llegar a rozar lo rancio. En la actualidad deberían valorarse más las películas que arriesgan y que no repiten esquemas vistos cientos de veces.
Como conclusión podría decirse que esta película le encantará a los amantes del cine clásico, espantará a los que prefieran musicales más alternativos como Molin Rouge! o Hedwig and the Angry Inch pero hará disfrutar a cualquiera que disfrute de una historia contada con esmero y cariño.