Foto: Virgen
La provincia de Córdoba, tan asociada al culto del folklore y el cuarteto, posee una historia pop y rockera muchas veces ignorada por la atención del centralismo porteño y su satélite rosarino.
A pesar de no alcanzar el "mainstream" (salvo excepciones como los geniales Proceso a Ricutti y en menor medida Pasaporte, Los Navarros o Hierrock) a lo largo y ancho del territorio nacional, la "Docta" siempre cultivó agrupaciones interesantes en su underground.
Y en esa búsqueda encontré hace unos días, emergiendo en el sitio Bandcamp.com, el primer "larga duración" de Virgen titulado "Clara y las elecciones presidenciales". Autocatalogados como Pop-Rock Gay, algo interesante debería suceder.
El primer track (homónimo al disco), inicia con piano y voces en plan parodia para luego arrancar con un base clásica de guitarra eléctrica apenas distorsionada, bajo y batería coordinados prolijamente, rememorando al Calamaro de Nadie Sale Vivo de Aquí.
Ese timbre vocal casi bufonesco a cargo de Billy Head va tomando tintes dramáticos a medida que se desenvuelve la canción y encastra perfecto con lo que dice. Las letras parecen ser el fuerte de Virgen y rápidamente dejan en segundo plano el desmenuzamiento de su estructura musical.
La primer estrofa advierte que la va de pintura político-social "Clara y las elecciones presidenciales / que nadie gana / Nunca la democracia pasa por su casa / para salvarla", prosigue con instantáneas de la protagonista sufriendo adicciones, violencia doméstica y enfrentando su destino por las calles de Córdoba Capital: "Clara se siente cansada / la ciudad entera se queda callada / Cuando cruza por la Costanera hasta Avellaneda / donde labura re dura la noche entera / vendiendo entradas, trepa entrepiernas / en Parque Las Heras, y a la madrugada se vuelve drogada, se mete en la ducha / y lucha en la cama".
El upbeat de la canción contrastando con la feroz crónica urbana, advierte que estamos ante algo interesante y pasamos a "Los Idiotas" dónde en clave blues-rock continúan narrando situaciones que rozan la marginalidad: "Todos los autos van a Carlos Paz / o a la prisión estatal, federal, nacional
en la ruta gente herida (..) Chicos y chicas van al hospital / porque me quise matar la semana pasada / con navajas en las venas / y con tiras de pastillas, nena" y la lírica gira 180° grados hacia una vena más póetica, casi surreal "Seres de otros mundos distintos / necesitan esto que tenemos / ella nos dijo, a todos nosotros / y luego de eso nos dio un beso".
"Quisiera que me persiguieras" propone un momento más psicodélico, exigiéndole a una chica que lo persiga, no se cruce de vereda, no tenga miedo y se suba al Subte, dándonos la noción que ya la película no se estaba rodando en la provincia mediterránea.
"Teresa en la Proeza" es un vals instrumental de 2 minutos que coquetea de manera circense balanceándose entre algún que otro movimiento de rock progresivo y/o jazzístico.
En "Cristóbal" ya se habla claramente de ese otro escenario sospechado: "En las calles paso frío / sufro fiebres pulmonares / y sin Laura no hay laureles / ni en ciudad de Buenos Aires" y el intérprete acusa un momentum de nihilismo o tal vez de aceptación generacional: "No tengo opinión del mundo / llevo plástico en las manos / estar muerto es mi futuro / ya no tengo 20 años".
"Esperando al Tranza" no es más que una adaptación del clásico de la Velvet Underground "I'm Waitin For The Man", dónde permanecen los safaris entre Córdoba y Baires (Billy Head se fue de Villa Azalais y acabó donado en La Paternal). Finalmente el tranza aparece en Corrientes y Libertad "vestido de negro con zapatillas nike".
La saga de dealers continúa con Mabel que "vivía en Barrio Guemes / iba cada iba viernes a vender / Ahora Mabel vive en tribunales / y se le ríen todos los jueces y los fiscales".
Siguiendo con el plan blusero surrealista "Denme sus panes" divaga con situaciones de lo más variopintas: una boda simultánea en Mar del Plata de Lanata, Susana Giménez y Moria Casán o referencias a La Pesada de Billy Bond.
"El Barrio de Once" es una pieza a lo "Happy Hour" de Housemartins, pero borderline, dónde el protagonista le pide a Carolina "se mi novia" mientras describe ese punto neurálgico de Buenos Aires dónde confluyen comercios, mafias, religiones, razas, nacionalidades y claro, tragedias.
"Alcauciles en Antipasto" es otro divague que advierten como Oda a Satán y la plegaria es justamente "Soy un alcaucil en antipasto".
El disco cierra con un título vehemente "Sábado De Mierda"(¿Quién no lo tuvo?) dejando en claro que "La noche sin plata en esta ciudad. se vuelve completamente densa" (¡¡¡Cuantas veces nos habrá pasado!!!).
De qué ciudad se estará hablando en el epílogo? Rosario, Córdoba, Buenos Aires? A esta altura, cualquier paraje de la Ruta 9 puede ser. Cualquier antro dónde se practiquen ritos urbanos, dónde existan códigos nocturnos, ganas de transformar pedacitos de realidad en canción y no importe si se lo tomarán en serio o para la joda.
Virgen llega en esa línea ambigua, frescos y, valga la redundancia, vírgenes de pretensiones. Con la libertad de ser algo que aún no sabemos en qué derivará. Pero nos recuerda que se puede convertir lo trágico en risas, al menos para que no nos duelan tanto las bofeteadas de lo cotidiano.LINKS
Bandcamp
http://0800-666-virgen.bandcamp.com/album/clara-y-las-elecciones-presidenciales
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