Lo peor son migajas desprendidas de lo mejor

Por Javier Martínez Gracia @JaviMgracia

“La misión del pensamiento es construir ejemplaridades; quiero decir, destacar entre las figuras infinitas que la realidad presenta aquellas en que, por su mayor pureza, esa realidad se hace más patente. Una vez entendida en su caso ejemplar, la realidad se esclarece también en sus formas turbias, confusas y deficientes, que son las de mayor frecuencia. Quien no ha visto una buena corrida de toros no puede entender lo que son las mediocres y las pésimas. Porque las malas corridas, que son casi todas, existen solo a expensas de la buena, que es tan insólita. En el orden humano al menos, lo depravado, lo torpe y lo trivial son parásitos tenaces de la perfección. No se le dé vueltas: el médico dañino vive gracias al egregio, y si hay tantos malos escritores es porque ha habido algunos buenos” (Ortega y Gasset[1]).



[1] Ortega y Gasset: “Prólogo a ‘Veinte años de caza mayor’, del conde de Yebes, O. C. Tº 6, p. 462.