Antonio Picazo es nuestro profesor, es periodista y escritor de varios libros de viajes, pero realmente nunca oí hablar de él. Es un señor que no para de hablar y enseguida me doy cuenta de que es alguien peculiar. El primer día nos habla de él, de sus experiencias y de sus libros y nos ofrece unas pautas sobre la estructura, contenido y organización de este genero literario. Yo me voy a casa contenta, realmente porque tampoco tenía ninguna expectativa en particular: Tan solo quería pasar un buen rato y conocer algo más y eso sin duda ha sucedido.
El segundo y el tercer día aún me gustan más. Hemos empezado los trabajos prácticos en común: son divertidos y enriquecedores, nos hacen aprender de lo malo y de lo bueno del otro y ejercitar nuestra creatividad. Pero lo mejor de todo es cómo es Antonio: Radical, atrevido, políticamente incorrecto y totalmente auténtico, no solo en su obras si no también en su vida: !!Cómo si no iba a titular un capítulo "Confitura Nata India y 49 grados", donde compara el asombroso Taj Majal con un gran pastel de Nata...!! Y no, no es una pose, no es una táctica, es real, Antonio es irreverente y dice lo que cree y ya está Y esto es lo mejor de él, que comparte de forma generosa, sus gustos y sus ideas sobre el buen escritor de Literatura de Viajes.
Sus clases han intensificado en mí la pasión por los viajes y además, y después de mucho tiempo tengo ganas y deseos de escribir: ¿Qué más se le puede pedir al curso? Pero eso no ha sido todo, ya que además he descubierto algunas de sus obras. Y la verdad es que están genial.
La primera de ellas "Viajeros Lejanos" un precioso libro con fotos e ilustraciones sobre sesenta hombres y mujeres de todos los tiempos que hicieron del viaje su razón de vida. Y nada más abrirlo, mi primer impacto positivo: el Antiprólogo y es que estoy totalmente de acuerdo con él: " Los prólogos apenas sirven para algo más que para amansar innecesariamente, el ímpetu que se tiene cuando se comienza a leer un nuevo libro. El impulso se modera, los preámbulos achican el entusiasmo...". Leo algunos de sus relatos y lo cierto es que me gustan: sintéticos pero completos, didácticos y especialmente muy bien escritos. Un estupendo regalo para cualquier amante de la Literatura de Viajes.
Pero aun me sorprendo más con el siguiente que cae en mis manos: "Viaje a las fuentes del Sol". Sí, ese mismo en el que habla del Taj Majal como un gran pastel de Nata. ! Y aunque no estoy de acuerdo con esa valoración, lo cierto es que atrapa de nuevo mi atención. Comienzo a leerlo y no puedo creer las descripciones tan completas que realiza de cada instante, de cada momento que ha vivido. Es tan denso en experiencias, en detalles que a veces me abruma: casi se puede crear una imagen cinematográfica de cada una de sus frases, de cada una de sus aventuras. Casi puedo vivir esas mismas experiencias con él y me pregunto, ¿Esto lo escribió mientras ocurría, o tiene una memoria portentosa o es una recreación de su imaginación? Sin duda es una mezcla de todo, pero sea como sea lo cierto es que es abrumador y extraordinario.
Así que tras ojear por un buen rato solo dos de sus libros, pienso "Joder que bueno es, ¿Por qué nunca he oído hablar de él.?". Y puede que yo misma tengo la respuesta: Quizás su fuerte no sea venderse, y casi apostaría a que genera tantas filias como fobias, pero no deja a nadie indiferente. De todas formas qué mas da, yo ya lo he descubierto y además se ha despertado de nuevo mi pasión por los viajes y la aventura. Y eso sin duda es uno de los puntos fundamentales para empezar a escribir un buen libro de Literatura de Viajes.