Tras un día de tener que soportar los “dramas” de la era postmoderna me tumbo en el sofá y suelto un suspiro. En un suspiro pueden caber muchas cosas, un suspiro es el alivio del aire haciendo presión en el pecho, una manera de soltar miles de emociones en un sólo segundo a través de tu boca. Y en mi suspiro cabe de todo aderezado con nada, que si mi libro no se publica, que si me estafan, que si tengo que perdonarme alguna vez, que si tengo que seguir adelante, que si el WiFi va mal, que mi equipo no ha ganado hoy como suele hacer, que no leí hoy lo suficiente, que si otro día tirado a la basura, que si mis ambiciones están congeladas, que si quiero demostrar a mis padres que puedo vivir de mi talento, que si quiero demostrarme a mí que tengo algún tipo de talento, que si vaya mierda haberme quedado calvo, que si otro rapero encarcelado por decir la verdad, que si el otro día se me escapó un spoiler delante de una amiga y me siento fatal.
Y podría seguir, pero han llegado mis padres, llegan los dos de trabajar, y se tiran al sofá reventados de décadas de trabajo y sacrificio duro, casi puedo ver su suspiro por anticipado, él, harto de trabajar en la construcción toda la vida, un trabajo jamás justamente recompensado, heredado de las manos de sus antepasados, cientos de heridas, miles de madrugones, toda una vida dedicada a la creación de una comodidad mejor siempre para otro y nunca para si mismo, porque nunca estuvo bien pagada, incluso en la época del Boom eran los menos pagados, siempre los más explotados porque si te niegas ya habrá otro, pero como mi padre no hay otro, y ha trabajado toda la vida de lo que hiciera falta para que no nos falte de nada (bueno y últimamente para comprar cosas en amazon todo hay que decirlo), pero siempre ha estado al pie del cañón, de electricista, de albañil, de fontanero, de carpintero, ¡hasta de churrero! Y todo para acabar con una jubilación indigna e insuficiente, tratado como un peón sin más cuando ha sido soporte del tablero del que otros se aprovechan. Todo eso veo en su suspiro antes de que lo expulse este buen trabajador y buen padre que siempre se sacrificó para que tuviéramos de todo y que nos enseñó la ética del trabajo y los valores de una persona educada y honesta.
Y luego está ella, mi madre, ay mi madre, la santa de mi madre, puedo adivinar su suspiro con los ojos cerrados, toda una vida currando en múltiples trabajos, primero fuera del hogar, luego trabajando de ama de casa (porque ya te digo que es un trabajo) y como madre que nos cuidaba y se sacrifica por nosotros, puede que siempre anhelando algo más de la vida, más tiempo para más experiencias, más dinero para más viajes, más tiempo con sus tres hijos y su marido juntos, porque lo puedes ver en su cara de madre feliz cuando vamos a visitarla los tres a la vez, puedo ver también lo que echa de menos a los que no están y a los que cuidó hasta al final, incluso no siendo su sangre, porque ella es así, un pozo sin fondo de bondad, y creo sinceramente que piensa que la vida no le ha dado su justo reconocimiento, que no es más que otra cosa que más paz en su cabeza, que menos problemas reales con los que diliar día a día, y los hijos por naturaleza siempre somos más egoístas con ellos y o no queremos verlos o simplemente ni nos enteramos, eso y mucho más veo en esta madre buena, bondadosa, que me enseñó a ser mejor persona y a no acabar en un destino peor para mi…
Pero entonces se sientan y les veo suspirar… Y vaya sorpresa, sus miradas se tornan hacia mí y con ellas también sus suspiros, ¡y están llenos de mi! Y esos suspiros me dicen: “Míralo, le acaban de joder un sueño y en vez de levantarse y pelear de nuevo por el aún lo llora, ¿Para eso nos hemos sacrificado nosotros? ¿Para que te quedes parado cuando tienes la oportunidad? ¿Crees que a nosotros no nos han jodido de verdad? Y aquí estamos, y seguimos adelante para que tuvieran más oportunidades que nosotros, deja de llorar y ponte a trabajar, escribe, pelea con quien tengas que pelear y déjanos callados de una vez”
Joder, dejo de suspirar, es hora de honrar los sacrificios de mis padres, es hora de luchar por lo que quiero.
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