¿Sabías que ya desde el embarazo puedes acostumbrar a tu hijo a una forma sana de comer?
Cuando tomas a menudo un alimento durante estos meses, el niño que va a nacer percibe su sabor en el líquido amniótico y meses después, cuando lo pruebe de bebé o de niño (más aún si lo sigues tomando en la lactancia), lo aceptará mucho mejor.
Así lo han demostrado diversos estudios con embarazadas y madres que lactan realizados por Julie Mennella y Gay Beauchamp, investigadora y director del Monell Chemical Senses Center de Filadelfia, EEUU, el primer centro del mundo dedicado a estudiar la ciencia de los sentidos. Cuando las madres tomaron aceite de ajo, esencia de anís o zumo de zanahoria, sus bebés manifestaron atracción por esos olores a los pocos días de nacer y les agradó su sabor mucho antes que a otros niños de su edad. “Ese gusto queda grabado en los bebés durante meses después de su nacimiento”, dice la investigadora Mennella.
Otro momento crítico es la lactancia, “porque la leche también se imprega de las comidas de la madre y hace de puente entre las experiencias vividas en el útero y el inicio de la dieta diversificada”, recalca.
“Aprovecha la oportunidad, come variado y toma mucha fruta y verdura, porque durante toda la gestación le estás pasando información a tu bebé”, aconseja la investigadora.