JUEGO DE PROYECCIONES“Detrás de cualquier experiencia de malestar se esconde una creencia falsa y limitadora”,Byron KatieCuenta una historia que hace muchos años, un hombre muy sabio llegó a una gran ciudad para difundir sus enseñanzas. Viajaba acompañado por sus fieles seguidores, y al atravesar las enormes puertas de lamuralla, se le acercó un discípulo que vivía en aquella localidad. - Maestro, debes tener cuidado. En esta ciudad te van a perseguir,insultary demonizar”, le advirtió, con cara de preocupación. - Los habitantes de este lugar son arrogantes, y no tienen ningún interés en aprender nada nuevo. Sus corazones están llenos de desconfianza y egoísmo“. El sabio asintió, sonriente, y le respondió con tranquilidad: - Tienes razón”Al cabo de unas horas, apareció otrodiscípulo del sabio que también vivía en aquella ciudad. Se acercó a él, radiante de alegría, y le dijo: - Maestro, en esta comunidad te van a acoger con los brazos abiertos. Los habitantes de este lugar son humildes y anhelan escuchar tus palabras. Sus corazones están limpios y dispuestos a nutrirse con tu sabiduría.El sabio asintió de nuevo, sonriente, y de nuevo afirmó: - Tienes razón.Sorprendido por sus respuestas, uno de los discípulos se plantó delante del maestro y le preguntó:
CREAMOS LO QUE CREEMOS“Si crees que puedes, estás en lo cierto. Si por el contrario crees que no puedes, también estás en lo cierto”,Anthony de MelloTal como evidencia el sabio maestro del cuento, una creencia no es más que un pensamiento al que estamos particularmente apegados, y que limita (o potencia) nuestra perspectiva. Y es que ante un mismo hecho podemos dar miles deinterpretaciones distintas. Depende de nosotros decidir dónde queremos focalizar nuestra atención. Así, en nuestra mente albergamos creencias limitadoras que nos inhabilitan para afrontar determinadas situaciones y creencias potenciadoras, que nos insuflan confianza en nosotros mismos y en nuestras capacidades, lo que nos conduce a afrontar situaciones complejas con éxito.Identificar nuestras creencias limitadoras y transformarlas en potenciadoras requiere un profundo ejercicio de auto-observación. Para lograrlo, lo primero es detectar laperturbación, como puede ser el enfado, el miedo o latristeza. El siguiente paso esresponsabilizarnos de la emoción que hemos creado al interpretar lo que nos ha sucedido de forma negativa. Para hacer consciente la creencia limitadora hemos de preguntarnos por qué creemos que hemos reaccionado de esa manera.A partir de ahí, el ejercicio consiste en cuestionary verificar si eso que creemos es verdad. Por poner un ejemplo, probablemente todos conozcamos a una de esas personas tan exigentes, perfeccionistas y susceptibles que se enfadan con facilidad cuando los demás no están de acuerdo con sus puntos de vista. En estos casos suelen sentirse criticados y juzgados, creando malestar en su interior. Al analizar detenidamente el por qué de esta reacción, suele aparecer la creencia de que “tienen que ser perfectos y tener siempre la razón para que los demás les acepten y les quieran. Y esta creencia es la responsable de que interpreten ciertos comentarios y opiniones como “críticas” y “juicios”.Siguiendo con este ejemplo, ¿qué es lo que este tipo de personas verdaderamente necesitan?. La indagación les suele llevar a comprender que su autoexigencia, perfeccionismo y susceptibilidad son una consecuencia de noaceptarse y quererse a sí mismas tal como son. Y este es precisamente el aprendizaje que obtienen al cuestionar su sistema de creencias, viendo sus “problemas” y “conflictos” como oportunidadesde cambio, crecimiento y evolución.
En clave de coaching¿Eso que crees que es la causa de tu sufrimiento, es verdad?¿Cómo reaccionas cuando tienes ese pensamiento?¿Quién serías, delante de esa misma persona o situación, sin ese pensamiento?
Libro recomendado“Mil nombres para el gozo”, de Byron Katie (La Liebre de marzo)Blog de Irene Orce