Tamerlán creó un imperio que se extendía desde la India hasta el mar Mediterráneo. Tamerlán, versión europea de Timur Lang (Timur el Cojo), tenía este nombre porque padecía una discapacidad en el lado izquierdo de su cuerpo.
Tamerlán nació el 10 de abril de 1336, en el seno de una tribu mongola establecida en Kesh (Transoxiana), actualmente Shakhrisyabz (Uzbekistán), y se hizo famoso al servicio del kan Cagatai Tughuq. Entre 1364 y 1370 Tamerlán logró el control de Transoxiana, aplastando a antiguos superiores y aliados, y en el último año declaró la restauración del imperio de Gengis Kan, de quien decía ser descendiente. Tamerlán sometió a los kanatos vecinos y antes de 1394 ya había conquistado Irán, Mesopotamia, Armenia y Georgia, e invadió repetidas veces Rusia y Lituania.
Lo que deberías saber sobre
Tamerlán, el cojo
Aunque Tamerlán fue muy célebre por su crueldad en combate y por las numerosas atrocidades cometidas por sus ejércitos, Tamerlán también fue un gran amante de las letras y las artes. Su dinastía, la Timurí, que gobernó Transoxiana e Irán hasta principios del siglo XVI, fue famosa por su mecenazgo de la literatura turca y persa. Uno de sus descendientes, Babur, fundó la dinastía Mogol de la India en 1526.
El 21 de mayo de 1403 una nave largaba amarras en el Puerto de Santa María. A bordo varias personas emprendían la que sería la mayor aventura de su vida. Encabezados por el madrileño Rui González de Clavijo, formaban una embajada con la que el rey Enrique III de Castilla quería presentar sus respetos al gran Khan Timur, apodado Lenk (el cojo), señor de los mongoles y emperador de Samarcanda, conocido en Occidente como Tamerlán o Tamorlán. Respondía así el monarca castellano a la visita anterior de un embajador del Khan, llamado Mohamad Alcaxi, portador de una carta en la que se describía la victoria de los mongoles sobre el sultán Bayaceto cerca de Ankara el 28 de julio de 1402.
González de Clavijo cruzó todo el Mediterráneo hasta la Constantinopla bizantina, costeó la orilla sur del Mar Negro hasta Trebisonda, sorteando los dominios del sultán turco, se adentró en Persia, entonces bajo la égida mongola, y atravesando el Indukush llegó a la mítica capital del Imperio Timúrida, Samarcanda. Un viaje que le llevó, a él y a su comitiva, tres años entre la ida y la vuelta.
En el mes de octubre de 1403 aún estaban en los dominios de un magro Imperio Bizantino, reducido a los territorios europeos y amenazado por los turcos, donde fueron recibidos por el Emperador Manuel II. La descripción de la capital de Oriente que hace el narrador muestra la fascinación que todavía ejercía esa ciudad en la Europa Medieval.
Lo que deberías saber sobre Tamerlán, el cojo
El ocho de septiembre de 1404, casi 16 meses después de su partida, entraban en Samarcanda para ser recibidos por Tamerlán en su fastuosa corte. Hicieron entrega al soberano timúrida de una carta de Enrique III y de los numerosos regalos de que eran portadores en una ceremonia de carácter diplomático, donde se presentó también el embajador de la China. Durante los 75 días que permanecieron en la capital asistieron a numerosas fiestas, unas organizadas en su honor, otras por motivos diferentes, y pudieron comprobar la grandeza de la corte timúrida, así como conocer de primera mano algunos de los asuntos de la política asiática del momento. El relato constituye, en esta parte, una rica fuente de datos sobre las relaciones entre los estados asiáticos en el siglo XV y sobre la política exterior de Tamerlán a punto de entablar una guerra con el Imperio Chino.La ciudad se encontraba en plena reforma, pues algunos de los edificios que la han hecho famosa, como la mezquita Bibi Khanoum, estaban en construcción.
Lo que deberías saber sobre Tamerlán, el cojo. Samarcanda
Mientras los mongoles hacían los preparativos para invadir China la comitiva castellana fue invitada a marcharse de la ciudad, quizá porque ya no eran del interés de Tamerlán, volcado en la nueva empresa militar, o porque podrían constituir un estorbo ante los preparativos de la misma. Sea como fuere, el grupo de castellanos abandonó Samarcanda el 21 de noviembre de 1404 emprendiendo el camino de retorno a la Península Ibérica. Timur Lenk moriría antes que Gonzalez de Clavijo concluyese su viaje, en concreto el 19 de enero de 1405, mientras los embajadores pasaban por Tabriz (noroeste de Irán).Una curiosidad la constituyen las tres cautivas que Tamerlán envió de regalo a Enrique II de Castilla, en 1402, tras capturarlas del harén del sultán Bayaceto, vencido en Ankara. Las tres eran hermanas y, según sus lápidas respectivas, "hija del conde Juan y nieta del rey de Hungría". Se casaron y han dejado gran descendencia en Galicia, Arévalo y Segovia.
Fuente del la embajada a Tamerlán: http://www.caminoslibres.es/index.php?name=Sections&req=viewarticle&artid=104&page=1
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