¿Tienes tú también la sensación al volver de un viaje, de que no eres la misma persona que lo empezó?.Personalmente, no me parece tan raro: descubrir lugares y culturas tiene un componente transformador.
Y ese detalle es el que me ha inspirado el escrito de hoy.
Acompaño esta publicación con fotos de Italia que no publiqué en su momento, pero que me gustan muchísimo porque resumen muy bien la belleza y decadencia que ocupan mucho tiempo sus rincones, como una metáfora de lo que es la vida al fin.
La cosa es que, cuando pasa el tiempo y ya solo quedan los recuerdos, no noto tanto esa sensación como cuando recién acabo del volver del viaje y miro atrás, a su inicio, a la Noelia que se marcho, desde la que ha vuelto.Y este viaje a Italia, en ese sentido ha sido especial. Quizá por mi propio momento: el verano es siempre para mi momento de acabar un curso y prepararme para empezar otro. Momento de soltar y de volver a enfocar en otra cosa, con valores, sentimientos y creencias que van cambiando conmigo. Quizá también porque en cierta manera, me preparo para un otoño vital también en unos años. No lo consideres ni lo leas como algo negativo: sino como algo nuevo.Y así me siento ahora, en una nueva etapa. Espero que quieras seguir acompañándome en ella.