Lo que las compañías de móviles no quieren que sepas

Por Cooliflower

Marcos se despierta con su mejor amigo cada mañana. Le pide consejo para solucionar sus problemas sentimentales y financieros, después posterga la ducha matinal jugando con él un buen rato en la cama. Desayunan, mientras comentan cómo está el mundo y qué tal va la vida de sus allegados. Le pide consejo para llegar a una entrevista de trabajo (además de divertido y culto, su amigo conoce los mejores atajos). Desliza sus dedos sobre él, lo acaricia... lo suyo es verdadero amor. Antes de acicalarse, Marcos coloca a su compañero del alma sobre la mesa, le da la vuelta y le enchufa por detrás, sin dudarlo, con un cable; no sea que su colega, iphone, se quede sin batería.

De la moda, al modo de vida. En veinte años los usuarios se han multiplicado por diez. El teléfono móvil es una parte fundamental del día a día. La integración de internet, aplicaciones y juegos, así como las crecientes redes sociales (o asociales, según se mire) han convertido un aparato electrónico en cura, canalla, economista, abogado, agencia de viajes, manitas, mapa, salón de juegos... los celulares, como dicen nuestros hermanos sudamericanos, son familia, pero como todas las familias, por castas y sencillas que parezcan, esconden secretos bajo su oscura pantalla...

El enigma que nos atañe tan grande que nadie parece dispuesto a hablar de ello. Para escribir este artículo nos pusimos en contacto con asociaciones independientes y hospitales. Queríamos conocer hasta qué punto era real la amenaza de tumores cerebrales asociados al uso continuado de los terminales. La respuesta general fue "no sabe-no contesta". Pocos profesionales, o al menos pocas personas no vinculadas al uso de los teléfonos móviles, parecen tener tiempo, o medios, para valorar la relación entre tumores cerebrales y radiación. Los fabricantes, fieles a su mercado, simplemente obvian el tema. En el recientemente finalizado Mobile World Congress, celebrado en Barcelona, el tiempo dedicado a la salud ha sido... cero.

Estudios pagados vs Estadísticas públicas

Atengámonos a las estadísticas reales. En 2011 la OMS alertaba de que el uso continuado de telefonía era "posiblemente cancerígeno". Años más tarde empezaron a aparecer estudios como el realizado en el Reino unido durante once años, concluyendo que la telefonía móvil no causa cáncer en absoluto ni es mala para la salud. Un momento, todos estos estudios tienen algo en común... ¿tendrá algo que ver la mano que mueve la tarjeta de crédito? ¿Será un poco como esas campañas promovidas por la industria cervecera, que cada primavera anuncian los beneficios de la cerveza para la salud? ¿Quién financiaba el proyecto? ¿Quién dispone de 18 millones de euros para financiar un estudio de 11 años? El gobierno del Reino unido... con la inestimable colaboración de la industria de telecomunicaciones.

Pero, amigos, las estadísticas oficiales son intocables. También en el Reino Unido, y en la página oficial de la oficina para estadísticas nacionales se puede consultar el incremento del cáncer cerebral (1979 a 2010). Aquí se ve cómo los números se han incrementado de forma alarmante. En dos décadas, los tumores aumentaron un 23% en hombres y un 25% en mujeres. Por supuesto, esta incidencia podría deberse a otros factores (cambios en la alimentación o aumento de la contaminación, por ejemplo), aunque coincide de pleno con el auge tanto del teléfono móvil como de la telefonía inalámbrica.

Ahora, cuando se consultan los datos siempre se habla de "alguien que hizo un estudio en algún sitio". ¿Se pueden consultar los datos de forma detallada? Depende; las investigaciones que apoyan la inocuidad de los teléfonos móviles son bastante opacas, no así las "menos bonitas".

Solo hay que entrar en un enlace de la reputada revista Pathophysiology , y encontraremos un detallado estudio del hospital de Örebro cuyo resultado es concluyente: Sí, las personas que usaron móviles durante veinticinco años triplicaban las probabilidades de sufrir un glioma. Ahora, a pesar de ello nadie quiere mojarse, ni siquiera los propios investigadores del estudio. Hay mucho dinero e intereses en juego.

Para concluir, nos gustaría hacer un llamamiento: ¿Eres investigador independiente, sin ninguna vinculación con empresas de telecomunicaciones? Nos gustaría saber qué piensas. Dinos tu opinión del informe de 13 páginas que puede ser consultado aquí. En la independencia se encuentra la verdad, o algo que se le asemeja bastante.