Al buscar la canción en Spotify, el consumidor se da cuenta de que además del single que escucharon en la radio, también existen discos completos. Y el mayor esfuerzo que tienen que hacer para poder escucharlo, se traduce en un sólo click
Desde hace varios años, una parte de la industria musical argumenta que la caída de ventas de discos se debe principalmente a las descargas de internet. En contra de esa postura, siempre he mantenido que internet se ha utilizado como una herramienta, siendo el single la verdadera causa de defunción de la industria discográfica. Esto se debe al funcionamiento de promoción de las últimas décadas, el cual se resume en que la discográfica elige una canción de entre todas las de un disco, y la envía a las emisoras de radio para que sean radiadas.
Los discos se convirtieron en un trámite necesario para lanzar al mercado un single de éxito. La eterna búsqueda del hit. Siendo muchas veces, esa única canción, lo único que sostenía al disco
Esta es la forma habitual que la mayoría del público tiene de obtener información sobre las novedades musicales. El problema está en que, la constante repetición de las mismas canciones, provoca que el oyente termine acostumbrándose y demandando sólo esas mismas. Es frecuente oír a la gente decir que no es capaz de escuchar un disco entero de su grupo favorito. Se aburren, sólo quieren el single que tanto escuchan. Incluso los hay, que van a los conciertos conociendo sólo las canciones que en su día fueron éxitos. Los discos se convirtieron en un trámite necesario para lanzar al mercado un single de éxito. La eterna búsqueda del hit. Siendo muchas veces, esa única canción, lo único que sostenía al disco.
La pregunta que habría que hacerse es cómo podía sostenerse una industria que basaba la promoción de su producto en una o dos canciones. Era un modelo insostenible
El perjuicio para la música era muy claro. Por una parte, el oyente, no tenía interés en escuchar un álbum entero. Por otra parte, el músico, tenía un gran incentivo a buscar un único hit que le permitiese vender. No le merecía la pena esforzarse en tener un gran disco cuando sólo era una canción por lo que se le iba a conocer. Se trataba pues, de una industria cimentada con pies de barro. Una burbuja económica más, que puede ser equiparable a lo que recientemente ha vivido el sector inmobiliario. Los ingredientes eran los mismos: la codicia y la especulación. Basta con cambiar las ciudades vacías creadas artificialmente para tener miles de viviendas, con los discos artificiales creados para tener una canción que pudiese sonar en la radio. El estallido de la burbuja inmobiliaria vino de la mano de los créditos basura y la fatal valoración del riesgo. Para acabar con la industria discográfica tan sólo bastó con la aparición de la herramienta necesaria que permitiese al público acceder al single: internet.
La llegada de internet permitió que el consumidor pudiera disponer de las canciones que sonaban en la radio. Tan sólo había que buscar la canción en un programa de P2P y esperar unos minutos para poder tenerla en su poder. Es por ello, que la mayor parte de los usuarios de este tipo de descargas, se bajan la canción que suena en la radio para después reproducirla en su Ipod o MP4 de forma aleatoria, con otras tantas canciones. Así la mayoría de las descargas lo son de canciones sueltas, y no de álbumes completos. Quién iba a acercarse a una tienda a comprar un disco, pudiendo disponer, mediante internet, de la única canción que en verdad querían.
Sin embargo, ahora, con la aparición de Spotify, parece que este hábito de consumo está empezando a cambiar. Al buscar la canción en Spotify, el consumidor se da cuenta de que además del single que escucharon en la radio, también existen discos completos. Y el mayor esfuerzo que tienen que hacer para poder escucharlo, se traduce en un sólo click. Los datos lo corroboran: según el CEO de Spotify, el 30% de las listas de reproducción creadas por los usuarios, son álbumes.
Mediante Spotify está volviendo la costumbre de escuchar discos completos, y no sólo colecciones de singles. Y si además se consigue, que mediante las recomendaciones que aparecen en la parte superior, se pase de escuchar a El Canto del Loco a hacerlo a Pereza, para después pasar a Andrés Calamaro o a Quique González, pues bienvenido sea.