El ser amable con las personas sinceramente es una de las cosas más maravillosas que puedes hacer, con una sonrisa y un tono agradable al tratar a la persona genera sentimientos positivos generando una satisfacción increíble, por supuesto es aplicable a las personas que no se lo merezca, aunque suene difícil porque quizás hasta logras contagiar a la persona con tu actitud positiva para aplicarlo a su vida.
- Pero, ¿Hay que confiar en la amabilidad de todas las personas?
Pues, no del todo, es cuestión de tener un ojo clínico para que puedas darte cuenta cuales serían las reales intensiones a tal amabilidad recibida por esa persona o analizando su actitud hacia otras personas. De hecho, hay personas que cuando necesitan o tienen un interés es particular en una persona, vecino o familiar, su mejor arma es el aparentar a costa de lo que sea ser amable al principio, es allí donde aparece la siguiente pregunta ¿Quieres un cafecito? Cada vez que tienes cercanía a esa casa o quizás alguna pregunta que tengas que hacerle es allí el momento oportuno donde comienzan a metérsele por los Ojos a la persona con su falsa amabilidad.
- ¿Por qué falsa amabilidad?
Porque cuando se es amable, Cortez u ofreces algún tipo de ayuda, pero con un interés en particular, no es algo que salga de corazón, simplemente es tu arma a utilizar para obtener lo que por ahora necesitas de la persona, de esto de darás cuenta cuando veas los tratos a otras personas o vecinos que dejan de ser los mismo una vez que ya no necesitan de ellos y si vuelves a ver su amabilidad hacia ellos nuevamente algo necesita de él o ella. ¡Tan simple como eso!
Ser amable tiene que ser algo que te salga de corazón en el momento si pensar o calcular el beneficio que te pueda traer, porque esas cosas llegaran solas cuando siempre actúes de la mejor forma hacia lo demás, por eso hay que siempre poner el practica este proverbio que dice: Haz bien y no mires a quien.