Si ya es difícil criar hijos os podéis imaginar lo que supone tener hijos con necesidades especiales, como en nuestro caso, la alergia alimentaria.
Los padres con niños alérgicos tienen que evitar el alimento ( o alimentos) que les causa alergia, lo que significa aprender a cocinar, muchas veces casi haciendo magia, hornear a tope para fiestas del cole, cumpleaños o cualquier evento.
Los padres con niños alérgicos se enfrentan a comentarios, casi a diario, comparando el peligro de la alergia de su hij@ con una intolerancia alimentaria, sabemos que la alergia es una enfermedad que no se ve, pero eso no significa que no sea peligrosa, incluso pudiendo llegar a ser mortal en caso de shock anafiláctico.
Los padres con niños alérgicos no son exagerados, ni sobreprotectores, muchas veces se nos hace difícil explicar a alguien la alergia alimentaria de nuestros hijos por falta de empatía.
La alergia de nuestros hijos no es una moda, ni una dieta, ellos no han elegido ser alérgicos.
Los padres con niños alérgicos apreciamos el esfuerzo que hacen otras personas para que nuestros hijos se sientan como el resto, un simple gesto como comprar las galletas aptas en algún evento, preocuparse por lo que pueden comer, muchas veces se han ofrecido para hacer algún postre apto para ellos, no os ofendáis si os decimos que no, es por miedo, por alguna posible traza o contaminación cruzada que a simple vista puede parecer inofensivo pero que a nuestro hijo le puede causar una reacción.
Los padres con niños alérgicos nos preocupamos por el momento de los besos o del primer beso de nuestros hijos, incluso por eso pueden tener una reacción alérgica.
Los padres con niños alérgicos van por el hospital saludando a todos los pediatras, enfermeros...por desgracia nos conocen en toda la planta de pediatría, entre analíticas, pruebas de alergia, consultas.
Los padres con niños de alérgicos sienten miedo cuando llegan fiestas que se celebran con comida como Halloween, Navidad, Cabalgatas de Reyes, Pascua...
Los padres con niños alérgicos se apuntan a todas las fiestas, reuniones y excursiones del colegio, así es más fácil controlar si hay alguna actividad con el alimento que le causa reacción a nuestros hijos.
Un hijo con alergias alimentarias viene sin manual de instrucciones, pero con unos padres que nunca se rienden.
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