Ha llegado por fin el momento que tan fatídicamente se venía anunciando durante los últimos años: las direcciones IPv4 se han acabado. Eso quiere decir que ha llegado el momento de IPv6, una nueva clase de direcciones para identificar los elementos conectados a Internet, sustancialmente diferentes a las IP que todos tan bien conocemos.
Naturalmente estamos ante un cambio gradual y que llevará años hasta producirse por completo, pero es bueno empezar a conocer las consecuencias que el desembarco de IPv6 tendrá en Internet tal y como lo conocemos a día de hoy. Para ello, vamos a intentar responder algunas de las preguntas más habituales que cualquier usuario de a pie podría hacerse.
¿Qué diferencia hay entre las direcciones IPv6 e IPv4?
Las tradicionales direcciones IPv4 están compuestas por cuatro números que van desde el 0 hasta el 255 (lo que serían 32 bits), yendo cada número separado por un punto. Las direcciones IPv6 emplean ocho valores de 128 bits, escritos en formato hexadecimal, lo cual quiere decir que sus valores incluirán números y letras que irán desde la a hasta la f. Un ejemplo de dirección IPv6 sería el siguiente:
2001:0db8:85a3:0000:0000:8a2e:0370:7334.