Lo que no nos cuentan de La caza de brujas por parte de la inquisición en España

Publicado el 01 julio 2019 por Carlosgu82

60.000 mujeres fueron asesinadas en Europa por brujería, eso es lo que siempre nos dicen, en España la inquisición llevó a cabo 125.000 procesos, de los cuales solamente 59 fueron mujeres condenadas por brujería. Siempre se habla de mujeres, pero casi nunca de hombres ¿Esto significa que no había brujos?
Este dato es curioso, pues la inmensa mayoría de mujeres ajusticiadas ni siquiera era bruja. No obstante había mujeres que aprendían ciertas artes de los hombres (generalmente de sus padres) o simplemente de los libros. Cuando una mujer poseía un conocimiento que era un tanto relevante era inmediatamente un blanco perfecto para ser tildada de bruja.
Esto podía pasar normalmente cuando una mujer era practicante de medicina, si una mujer médico lograba curar enfermedades que otros médicos no podían en seguida era tachada de bruja, cabe destacar que los médicos de la época eran adinerados estudiosos con con centenares de recursos o humildes hombres con recursos limitados, estos últimos a duras penas podían curar nada, no obstante cuando lo hacían ganaban cierto renombre entre los médicos civiles, los médicos de familias nobles veían una ofensa que civiles sin estudios lograran alcanzarlos con recursos limitados, pero cuando lo hacía una mujer los médicos civiles se veían alcanzados, los nobles se aterrorizaban ante la idea de que una mujer pudiera alcanzar el nivel de estudios de un hombre, cuanto más el nivel intelectual de las mejores escuelas.
De ese modo la nobleza, siempre acoplada a la corona e iglesia trazaron un plan para la eliminación de estas brujas. Teniendo en cuenta de que en aquella época la prostitución era legal y normal, además de que los métodos anticonceptivos eran rudimentarios, muchas de aquellas mujeres médico atendían a estas mujeres y las proveían de hiervas abortivas, lo cual era motivo más que suficiente para nombrar bruja a una mujer, mientras que la mayoría de los hombres, más cautos y con menos empatía, no proveían de estas hiervas a las mujeres.
Muchas de aquellas mujeres quemadas por brujería ni siquiera eran brujas, solo mujeres adelantadas intelectualmente a su tiempo.