Lo que no te cuentan sobre la maternidad cuando vuelves al trabajo ¡y regalo para mis lectores!

Por Belen
A veces la maternidad nos obliga a reinventarnos, a elegir caminos alternativos en lo profesional porque la opción que teníamos en su día no nos sirve ahora. De esto nadie te habla cuando te dispones a ser madre. Igual es cierto que deberíamos hacer un Tratado de lo que no cuentan sobre la maternidad. Te hablan de lactancia, de porteo (esto en los últimos años, que cuando yo tuve a Rayo poca cosa), de los mejores pañales, de colecho, de las noches en vela. Pero pocos o nadie te habla de cómo será tu vuelta al trabajo, de lo que encontrarás allí, de lo que significa conciliar y de cómo cambiará tu vida a ese nivel. 
No se trata sólo de poder encajar en el puzzle tus horas laborales, es que todo cambia, tú cambias, tus prioridades se reordenan y entonces buscas otras cosas. La motivación no es la misma y aunque tu trabajo te apasione, ese bebé de pocos meses que te espera es tu única obsesión. Y a veces esto no se entiende. Recientemente leía el caso de una mamá bloguera, una mujer brillante, formada, que finalmente ha tenido que renunciar a su trabajo porque no entendían que ella había sido madre y el horario que la proponían era absolutamente incompatible no sólo con la maternidad, sino con una vida normal. 
Tendemos a pensar que debemos vivir para trabajar, y encima con esto de la crisis tenemos que añadir la coletilla de 'y debemos dar gracias'. Y yo me revuelvo por dentro cada vez que lo oigo, ¿Dar gracias? Fíjate que yo pensaba que el trabajo es un DERECHO que hasta viene en la Constitución. 
Y muchas mujeres, y por qué no decirlo hombres también, se cuestionan si merece la pena, se arman de valor, se arriesgan y se reinventan. Tampoco hay muchas opciones, pocas son las empresas que te permiten flexibilidad. Se cree que si no trabajas de 9 a 7 te tocas las narices. Opciones como el tele trabajo, la flexibilidad horaria, la reducción de jornada, la jornada intensiva no son valoradas positivamente. Se olvida que un trabajador contento es un trabajador motivado y en consecuencia eso se traduce en buenos resultados, en un trabajo bien hecho. Las empresas se empeñan en olvidar la parte emocional, no les interesa, creen que es perder el tiempo. Eso sí, te plantan cursitos que seguro les cuestan un riñón porque queda fenomenal, cursitos que te valen para nada, que te hacen arrugar el morro porque sientes que pierdes el tiempo. Y yo digo que si trabajamos esa parte emocional, si nos interesamos por los trabajadores, si llevamos a cabo medidas que faciliten la vida fuera del trabajo, nos ganaremos a esos empleados y obtendremos un mejor rendimiento y una mayor calidad. ¿Creéis que estoy loca? 
Yo me tuve que reinventar, tuve que empezar de cero. Cuando me reincorporé a mi puesto de trabajo tras mi baja por maternidad todos esperaban que actuara como otras madres compañeras mías, como si nada. Turnos rotativos, salidas a las 9 de la noche, incluso viajes a otros países... y otros continentes. Que buenas palmaditas la dieron a esa compañera mía que cruzó el charco teniendo su bebé un añito. Y que lágrimas derramó ella.... pero no dijo NO, aceptó y se marchó. Y yo me negué, solicité la reducción de jornada, el turno único y ahí empezó el calvario. Al año mi bebé enfermó y ahí ya lo tuve claro, tenía que dejarlo, no tenía muchas opciones. No pensé en nada más. Pero cuando la tormenta pasó sí tuve que buscar alternativas. 
El teletrabajo ha sido mi salvación, encontrar un trabajo flexible donde lo importante sea el rendimiento final. Eso me permitió atender las necesidades -algo más especiales- de Rayo y volver al trabajo, porque también necesitaba ese aliciente. 
Para poder conseguirlo, como tantas otras personas, la opción fue convertirme en autónoma. Asumir ese riesgo, esa falta de seguridad, enfrentrarme a los impuestos trimestrales (como tiembla mi cuenta cada trimestre), espachurrarme los sesos para comprender todos los entresijos que Hacienda se empeña en no explicarte. No es tan sencillo como esperar tu nómina de fin de mes y olvidarte de todo. Pero aún así, ¡merece la pena! 
Eso sí, cuento con una ayuda estupenda, alguien que me ayuda a llevar las facturas y tenerlo todo en orden. Porque Hacienda sino llamará a tu puerta, aunque factures poquito. 

Hoy os traigo un regalo, no es un sorteo, ni un concurso, simplemente un regalo para los que, como yo, sois autónomos o tenéis una pequeña empresa. Si os cambiáis a la asesoría que me hace la vida más fácil tendréis un mes gratuito y además 5 euros de descuento en la declaración de la renta de este año. 
Pero si eres trabajador por cuenta ajena, ¡también hay regalo! Que hoy estamos generosos. Si quieres que te revisen el borrador de tu declaración de la renta (que andamos todos metidos en ello estos días) te harán precio especial, tan sólo 2 euros. Esta revisión consistiría en hacer una simulación de la declaración para intentar mejorar los resultados de la misma, a tu favor claro está. 
Y todos estos regalitos son gracias a Laguna Asesores, sólo por decir que los habéis conocido en mi blog. Os invito a visitar su web para consultar cualquier información adicional que necesitéis, pinchando aquí. Os aviso que sus precios son muy interesantes.
¿Y tú? ¿También te reinventaste después de ser madre?