Lo que no te debía dar

Publicado el 22 septiembre 2015 por Isabel Isabelquintin


Hace tiempo que quería soltarlo, hace tiempo que quería decirte que aunque lo parezca, no estoy seca. ¡No señor!
¿Que no te quise?
Acúsame de lo que quieras; de descuido, de silencios, de actitudes indescifrables, de que en ocasiones mi ausencia a tu lado la provocaba una especie de autismo evocado por mi necesidad de soledad... Dime lo que crees que no sé; que te sentiste solo, que muchas veces te contestaba con monosílabos, que una caricia matutina era lo único que recibías de mi en varias semanas... que pasabas las noches esperando por mi, que me tenías la cena y una taza de chocolate y que mil veces se quedaron servidas en la mesa, porque pasaba directo a la cama y tan siquiera me desvestía, que hasta de eso te encargaste tu...Que mis besos fueron cortos, fríos y esquivos... es cierto. Que los fines de semana planeabas mil salidas y las veces que te acompañé, el silencio habló por los dos.
¿Que no te quise?Tienes razón en pensar que no, todas mis actitudes lo dicen, todos mis silencios lo gritan...
Lo acepto: No te quise, te amé.
Te amé como tu me amaste, con mi silencio y mis distancias. Con mi indiferencia y mis descuidos. Y sufría de impotencia al no poder corresponderte como merecías.
No te lo dije... no
Me callé mis Te quiero... si
Te restringí mis besos... y fue agónico y doloroso.
 Una sed eterna que no podía calmar con tu boca, aun teniéndola cerca.
¿Por qué?
Sabes bien la razón, desde antes de que todo ocurriera te lo dije. No iba a funcionar, no debíamos cruzar la línea que divide la sensatez del sentimiento.Todo estuvo en calma, todo fue cómodo y estable hasta que me pediste que me quedara y a la mañana siguiente ya tenía mi cepillo de dientes junto al tuyo y fue apareciendo la secadora, un par de bragas y mi barra de labios... pudimos parar allí, Estábamos a tiempo, aun mi ropa reposaba en mi armario y yo solo usaba tus remeras y sudaderas.No lo hicimos y ese sábado lluvioso llegue empapada y arrastrando la maleta con el resto de mis cosas. Me abriste la puerta, me diste un beso, me cargaste hasta la cama y ya sabes que más pasó...Aun en ese momento, pudimos parar. Pude regresar a casa después de la lluvia, secar la ropa y mantener mi soledad.Contrario a eso, volví a recoger lo que faltaba, dejé los libros... era lo último que me hablaba de libertad.Y pasaron los días y necesité de ellos y volví para llevarlos.
¿Estás seguro ahora de que no te amé?
Te entregué mi voluntad, mi libertad, hasta mi albedrío...
Pero... ¿has visto como se comporta una ave a la que se le cortan las alas?Se resiente, se aísla, calla, pierde el apetito y mira hacia la ventana anhelando aquellos días en los que el viento golpeaba en su rostro... y por sobretodo, anhela que esas alas vuelvan a crecer.
Mi actitud fue un grito desesperado, una llamada de auxilio... me faltaba el aire. Es como si tuvieras en casa a un animal salvaje, como si intentaras domar y suavizar la fiereza de un felino.
Te di mi libertad, fue la prueba de amor mas grande que le he dado a nadie. Lo intenté y me aferré a  tus manos, a tu fuerza para sostenerme, pero me soltaron y no tuve de donde agarrarme para no caer. Y te olvidaste de eso, me enredaste en tus sábanas y mezclaste el corazón con el colchón. Y no fui capaz de abrir la boca, amarrar el corazón y cerrar las piernas.
Te amé y te odié por los rincones de esa casa que nos convertía en dos. Y al fin una mañana desperté, grité, lloré, armé mis maletas y regresé por el camino de la independencia.No llamé para decírtelo.No escribí una nota.No dejé nada, que te diera esperanza.Por eso me tratas de infame, de ingrata, de mujer sin sentimientos.Pero es que no lo ves... que todo lo que te dí se quedó allí, en el aire, en el sofá, la cama, el espejo del baño y en la cocina.Lo siento, lo intenté...  No te dije mil veces cuanto te amaba, ni hice cosas especiales y fuera de este mundo. No me gustaba tomarme fotos contigo, pocas veces cociné y no limpié el lugar ni una vez.No tengo alma de ama de casa y se que esperabas de mi, algo mas que una presencia a tu lado izquierdo.Te di mas de lo que pensé que podía dar.Te di lo único que no te debía dar:Mi libertad.

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¡Gracias por leer!